Coraje de Mujer
Leyendo un reciente articulo de Rosa Díez titulado "De victoria en victoria , hasta la derrota final", me ha venido a la mente la imagen de todas las personas que han luchado y luchan por lo que ellos creen y sienten, un país vasco de raíces españolas y vascas compatibles, frente a otros que lo ven , sienten y 'actúan', es un decir, como euskaldún y excluyente.
Admiro a esa gente que lucha con fe contra corriente, con la única arma de su palabra , su amor a la libertad y a sus conviciones. Sin bombas, algaradas , amenazas y que cada vez se sienten más solas, abandonadas, si no excluídas , por sus propios compañeros. No sé por qué últimamente tengo la impresión de que las voces de las mujeres suenan con más claridad y más firmeza que la de los hombres en este clamor por un proceso por la 'libertad' que sería más adecuado que llamarlo de 'paz' engañosamente. No es que excluya a los hombres , que sé que los hay, pero los nombres de Rosa Díez, Gotzone Mora, Maite Pagazaurtundúa, María San Gil y tantas otras suenan con una fuerza especial, con la intensidad con que suenan las voces femeninas cuando reclaman algo que consideran justo.
El artículo en cuestión , aunque valiente, suena triste, desesperanzado, como adelantando la derrota de los que han luchado, siguen luchando o fueron abatidos porel fanatismo asesino y exclusivo, cuando reclamaban un País Vasco de hombres y mujeres 'libres'. Libres para pensar, para discrepar, para poder pasear, hablar, acudir a sus trabajos sin la sombra inseparable de su escolta. Sentirse libre en un país sin miedo a que te señalen con el dedo, la mirada o una sombra negra apuntándote en la sien.
Pero su voz suena triste ante esta rendición ideólogica, porque el objetivo último de su lucha "era la derrota ideólogiga y semántica de la banda". He aquí el final de su valiente y dolorido artículo:
Admiro a esa gente que lucha con fe contra corriente, con la única arma de su palabra , su amor a la libertad y a sus conviciones. Sin bombas, algaradas , amenazas y que cada vez se sienten más solas, abandonadas, si no excluídas , por sus propios compañeros. No sé por qué últimamente tengo la impresión de que las voces de las mujeres suenan con más claridad y más firmeza que la de los hombres en este clamor por un proceso por la 'libertad' que sería más adecuado que llamarlo de 'paz' engañosamente. No es que excluya a los hombres , que sé que los hay, pero los nombres de Rosa Díez, Gotzone Mora, Maite Pagazaurtundúa, María San Gil y tantas otras suenan con una fuerza especial, con la intensidad con que suenan las voces femeninas cuando reclaman algo que consideran justo.
El artículo en cuestión , aunque valiente, suena triste, desesperanzado, como adelantando la derrota de los que han luchado, siguen luchando o fueron abatidos porel fanatismo asesino y exclusivo, cuando reclamaban un País Vasco de hombres y mujeres 'libres'. Libres para pensar, para discrepar, para poder pasear, hablar, acudir a sus trabajos sin la sombra inseparable de su escolta. Sentirse libre en un país sin miedo a que te señalen con el dedo, la mirada o una sombra negra apuntándote en la sien.
Pero su voz suena triste ante esta rendición ideólogica, porque el objetivo último de su lucha "era la derrota ideólogiga y semántica de la banda". He aquí el final de su valiente y dolorido artículo:
" Todo han sido cesiones. Todo desde el principio, desde hace más de cuatro años, desde que nos engañaban con desmentidos y buenas palabras a quienes seguíamos en primera línea pensando que arriesgábamos la vida por defender un futuro en libertad. Se han traspasado ya todas las líneas rojas; todas. Pero me dicen que en Moncloa están contentos. Que creen que tienen asegurada la reelección, la próxima victoria. Es posible. Iremos de victoria en victoria. Hasta la derrota final.Si quienes tienen la obligación de velar por la integridad de las instituciones democráticas no creen en ellas, si nos dejan solos, ¿qué podemos hacer más allá de declararnos -y sentirnos- derrotados? Sólo nos queda la denuncia; la denuncia y la palabra en la plaza pública. Vendrán tiempos peores. Por eso pienso que es la hora de prepararnos recomponiendo complicidades transversales entre demócratas, entre gentes que, al margen de su ideología, estemos unidos por lo fundamental; unidos en un compromiso de resistencia ante el fanatismo y de defensa y fortalecimiento de nuestras instituciones. Unidos por la convicción de que el objetivo es la libertad. Y que por eso y para eso merece la pena seguir luchando."
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