Masoquismo hispano

¿Y SI EMPEZÁRAMOS DE CERO...?

Hace unos días visitando el blog de un ‘viejo zorro’( Oldfox)* al que no conozco, pero cuyas reflexiones me parecen bastante personales , sobrevolando los embates burdos de las trincheras, me encontré con la reproducción de un artículo de Valentí Puig titulado Con menos masoquismo que me ha hecho reflexionar sobre este complejo tan español de ser españoles. Hay en el ambiente gente empeñada en propagar un sordo y freudiano sentimiento de culpa que nos obliga a pedir perdón a todos y por todo el ser españoles. Pedir disculpas por los muchos males que ha causado al mundo esta seca tierra que tuvo la malhadada idea de encontrase con América, tratar de descubrirla y aportar su lengua su cultura y la vida de muchos de sus hombres.

Voces de fuera y de dentro, normalmente situados en la misma franja del espectro ideológico, nos invitan a pedir perpetuamente perdón por haberles ‘invadido’, por haber quebrado la paz y la bondad indígenas con nuestra voces ásperas y nuestras costumbres bárbaras y haber perturbado así su paraíso. Afortunadamente no todos los ‘invadidos’, ‘sojuzgados’, ‘maltratados’, ‘mestizados’ han reaccionado así. Pero sigue habiendo algunas voces de casa que nos conminan a que esa rancia España, se ponga de rodillas y les diga: “ Perdón hermanos, (¡qué es eso de hermanos, ‘indígenas’!) por habernos equivocado embarcándonos en esta invasión malévola y sangrienta”.

Este país se debe haber equivocado mucho y desde hace muchos siglos, porque desde todas las partes, desde el este hasta el oeste, desde el sur , hasta el norte le señalan con el dedo de la culpa de sus males. Quizá los únicos españoles que no deban pedir perdón deben ser los numantinos, porque al fin y al cabo ellos no conquistaron nada, sino que les cercaron y esperaron hasta que hambrientos y enfermos se consumieran entre sus propias llamas. España sirve de excusa para no mirar las mezquindades propias, España es la culpable de su cerrazón, de su egoísmo, de su tergiversación de los hechos. Bonita manera de exorcizar los demonios lares. Para ser España, esta España que nos muestran algunos, “nada hay como el auto-odio”. Para no ser España, nada hay mejor que culparla de todos los males propios.

Este masoquismo de llorar sobre nosotros mismos y vernos cubiertos de ‘culpas’ íntimas y extrañas es algo que viene de lejos. Desde el lamentarse de Quevedo “Miré los muros de la patria mía, /si un tiempo fuertes ya desmoronados... hasta el llanto del 98, cuando alguna de esas dos españas , como si no fueran la doble cara de la misma moneda, ‘habría de helarnos el corazón’.

Y así andamos, como cuando con una maleta atada con cuerdas , se nos agrietaban las manos poniendo ladrillos en tierras frías y extrañas, vergonzosos de que nuestra pobreza nos hubiera obligado a dejar nuestra tierra.¿ No dejaremos nunca de autocastigarnos? ¿Callarán algún día las voces que desde nuestra propia casa nos digan que debemos reconocer nuestros errores y desagraviar a los que hemos ‘ofendido’ tanto? ¿No sabemos tener una conciencia propia de quien realmente somos? ¿Por qué tan pronto subimos a montar guardia desde los luceros, ser ‘faros’ de no sé ‘verdades imperiales’, para bajar con el mismo vértigo a las mazmorras del perdón y la vergüenza?.

Como dice el autor del artículo al que me refería “En realidad, hay que estar pidiendo perdón por todo el pasado de España, fuese erróneo o acertado. Lo bueno no sería tener pasado, deconstruir España, determinar que no existe. Lo definitivo sería aceptar que España es una resta y no una suma.”

Creo que en esa tarea andan empeñados algunos, en ‘descontruirnos’, decidir que ya no existimos, que ya nadie puede reprocharnos nada. Poco a poco nos restarán, hasta que lo que quede decida empezar una nueva historia de ‘otra’ España.
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* Pornocultura
Con menos masoquismo

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