Momentos vitales
A veces , esperando no sé qué 'advenimiento', no apreciamos en su valor los momentos 'vitales', aquellos en los que en torno a una comida, celebrando un cumpleaños,entre charlas, consensos y disensiones, puedes ex-presarte, soltar las ammarras que te tienen anclado a ti mismo.
Poder compartir o disentir, cuando lo más importante es lo primero, porque es superior en la balanza de los 'debe' y el 'haber', es dar "gracias a la vida que me ha dado tanto", más allá de los dos luceros que nos permiten distinguir lo negro de lo blanco, o entre 'las multitudes los seres que amamos', poco o mucho, pero los queremos. Es cierto que no podría decir ahora que 'me ha dado el oido que en todo su ancho', pero sí en la amplitud suficiente del espectro para distinguir la verdad, la indiferencia o el halago...
Estos momentos no se repetirán, no nos volveremos a bañar en las mismas aguas, pero el río de la comunicación y del afecto seguirá siendo el mismo, diga lo que diga el 'oscuro' Heráclito.
Podrás decir que detrás de cada plato, de cada elección de mezclas y productos hay una 'atención', una 'preocupación', un 'cuidado', un sonido de creatividad y de regalo generoso, aunque todo eso no se perciba claramente en el fragor de la conversación donde cada cual estima , y es normal, que lo que dice es lo más importante. Y lo es, porque es su manera de percibir la realidad y a los otros. Percibimos a los demás en función de nuestras necesidades y carencias y aún participando de rasgos comunes , afines, la percepción es diferente.
En estos encuentros revitalizadores confluyen distintos factores, el lugar, el anfitrión o anfitriona, los comensales o 'bebensales', el 'produto', todos los ingredientes que se van añadiendo,chorraditas varias, líquidos varios, ocurrencias variadas... Cualquier detector de tasa 'eufórica', es posible que señalara que se sobrepasan los límites oconsejados. En cualquier crónica pudieran señalar que se han superado los niveles. Las leyes y la vida, a veces, siguen caminos que se cruzan. Debe ser ley de (be) vida.
Pero la vida no está sujeta siempre a las leyes impuestas por los hombres.La vida fue primero.
Poder compartir o disentir, cuando lo más importante es lo primero, porque es superior en la balanza de los 'debe' y el 'haber', es dar "gracias a la vida que me ha dado tanto", más allá de los dos luceros que nos permiten distinguir lo negro de lo blanco, o entre 'las multitudes los seres que amamos', poco o mucho, pero los queremos. Es cierto que no podría decir ahora que 'me ha dado el oido que en todo su ancho', pero sí en la amplitud suficiente del espectro para distinguir la verdad, la indiferencia o el halago...
Estos momentos no se repetirán, no nos volveremos a bañar en las mismas aguas, pero el río de la comunicación y del afecto seguirá siendo el mismo, diga lo que diga el 'oscuro' Heráclito.
Podrás decir que detrás de cada plato, de cada elección de mezclas y productos hay una 'atención', una 'preocupación', un 'cuidado', un sonido de creatividad y de regalo generoso, aunque todo eso no se perciba claramente en el fragor de la conversación donde cada cual estima , y es normal, que lo que dice es lo más importante. Y lo es, porque es su manera de percibir la realidad y a los otros. Percibimos a los demás en función de nuestras necesidades y carencias y aún participando de rasgos comunes , afines, la percepción es diferente.
En estos encuentros revitalizadores confluyen distintos factores, el lugar, el anfitrión o anfitriona, los comensales o 'bebensales', el 'produto', todos los ingredientes que se van añadiendo,chorraditas varias, líquidos varios, ocurrencias variadas... Cualquier detector de tasa 'eufórica', es posible que señalara que se sobrepasan los límites oconsejados. En cualquier crónica pudieran señalar que se han superado los niveles. Las leyes y la vida, a veces, siguen caminos que se cruzan. Debe ser ley de (be) vida.
Pero la vida no está sujeta siempre a las leyes impuestas por los hombres.La vida fue primero.
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