Hablemos de "género"

Confieso que de un tiempo a esta parte cuando oigo la palabra ‘género’ ya me pongo a temblar. Pienso en todos aquellos que creen que las palabras cambian los conceptos y no al revés, que el vocabulario acoge lo que de hecho es ya una realidad. Los que ostentan el poder, por muy democráticos que se proclamen , tienen tendencia a ‘imponer’ y empiezan manipulando el lenguaje: “violencia de género” , “igualdad de género” y un género de expresiones similares. Además al enunciarlo en singular dan por sobreentendido que se trata de uno solo de los géneros, el femenino singular.

En el primer caso, los políticamente correctos, se han negado a admitir lo que me parece más correcto, aunque suene menos ‘moderno’: ‘violencia doméstica’. No voy a echar más leña al fuego al decir que en el caso de ese tipo de ‘violencia’ la más perjudicada sin duda es la mujer y no pretendo defender lo que hacen determinados salvajes, pero en ese tipo de conflictos graves, la violencia aunque sea más visible, brutal e intolerable, no sólo brota de una de las partes. Pero ese es otro tema, además del lingüístico.

Sigamos con el ‘género’. Los políticos, determinados políticos en particular, insisten mucho en ciertos asuntos que les hacen sentirse verbalmente más ‘progres’ y venden mucho electoralmente. Cuando hablan se les llena la boca de “igualdad de género”, otra vez la palabreja y en singular, de donde hay que seguir deduciendo que se alude al femenino, como si el masculino se hubiera quedado sin género, sin género de duda. Podríamos llamarlo ‘género chico’, o ‘subgénero’. Siempre he creído que estos cambios en nuestras costumbres, en nuestros hábitos que se deben a múltiples factores: históricos, culturales, económicos, religiosos, sociales, familiares, se han enraizado lentamente, desde el seno familiar primero, en el ámbito educativo y social después , y no cambiarán por la intervención de los poderes políticos que no saben más que ‘imponer’ , que es un género distinto de actuar, igual de injusto y artificial que la diferencia existente, donde la hubiere.

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Todo esto viene a propósito de la noticia que hoy recoge ‘mi’ periódico: “Paraninfo de la Magdalena. Santander. “Seminario Internacional Mainstreaming de Género” (Herramientas de integración)

Como suele suceder en estos ‘Seminarios de avanzadilla’, desde la palabra ‘herramientas’, como si tratáramos de obtener un producto-objeto, no un proceso de cambios de actitudes, hasta palabros tomados del palabrero foráneo: “ Mainstreaming’, al que la periodista redactora parece haberle cogido particular cariño porque la que repite hasta cuatro veces, abundan los tics del lenguaje político mezclado con el doctoral y distante, que suena más a cosa ‘aprendida’ que realmenete ‘entrañada’.

Las frases de los discursos y las clases ‘magistrales’ (?). van desde la autocomplacencia: “Ni las más optimistas podíamos pensar en tantos cambios, en un cambio tan grande«, que «empezó en el propio Gobierno y desde dentro» (Vicepresidenta del Gobierno) o esta otra : “Dentro del apartado de Presupuestos se está trabajando «en los indicadores de género»Esto ha provocado que en Cantabria no se hable de políticas de mujer «sino de políticas de género, lo que implica considerar de forma seria y rigurosa el concepto de transversalidad» (Directora General de la Mujer) hasta las de más típico sabor pseudoacadémico: “Si se pretende una plena integración de la perspectiva de género en las políticas públicas, la transversalidad es imprescindible. Estas nuevas políticas deben desterrar a las «políticas neutras, causantes de la desigualdad», aclaró.

No sé si tanto las ‘ponentes’ o ‘semideponentes’. como las que proponen este tipo de ‘Herramientas- Mainstreaming’, más allá de pasar unos días en Cantabria, comida, gastos de alojamiento y viaje incluidos, más emolumentos y dietas, consiguen realmente un avance en la igualdad de los géneros o contribuyen aún más al distanciamiento con tanta verborrea e imposición. Por cierto, que observando la foto de asistentas y asistentes la desigualdad parece patente. Paradojas de la ‘igualdad’

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