Too much
A veces uno comete equivocaciones garrafales y se da cuenta que ha vivido demasiado. Hoy, mientras cenaba, me he metido en vena medio telediario nocturno de Tele5 , pero da lo mismo, podía haber sido el de Antena3 o el cuatro o el seis o los que haya... Dirán que estoy muy cascado, y a lo peor tienen razón, pero es algo demasiado 'hard' para mi body (milk)
Pues nada, que van y abren el telediario con la 'secuencia' de un colega linchado a patadas, bofetadas y collejas repartidas al mejor estilo del Oeste en los pasillos de un Instituto de cuyo nombre no quiero acordarme. El púgil de turno, tenía sólo 15 años- ¡criatura!- y parece ser que el borde del profe le había arrebatado un paquete de Winston o Malboro, lo que hizo que el cowboy montara en Cólera, su caballo, y diera una paliza al 'forastero'. Esta escena era 'adornada' con otras de alguien que baja los pantalones a otro profe mientras explica el principio de Arquímedes o la confesión de una profesora que había sido objeto de diana, o tiro a la blanca... Seguían la escenas, porque cuando los periodistas quieren subrayar un 'hecho', echan mano de archivo y le salen varios vídeos-móviles.
De ahí pasamos al nivel de los pantanos, a los gastos de agua, a las hipotecas compartidas, y al negocio de unos cuantos. Aparece la playa de Cullera, una Cullera que yo conocía de allá por lo ochenta y me era imposible reconocer. Al parecer quedaba una parcelita libre para los locos del ladrillo y el cemento, en cómplice e incestuoso acuerdo con los ediles del Consitorio. Treinta y tres torres de 25 pisos a unos pasos de la playa. Ironías de los nombres " El Manhattan de Cullera".
Luego un grupo de 'geos' asaltando una vivienda a cañonazo limpio porque el 'actor' de esta peli de acción se había parapetado en su vivienda después de haberse cargado a la 'santa'. Un poco después, cinco picoletos de paisano reduciendo al segundo de un cártel colombiano "Norte del Valle" en plena calle. Cinco para uno y aún se resitía. El angelito, Orlando de nombre, junto a su jefe y la banda, habían introducido más de 500 toneladas de clorhidrato de cocaína en Estados Unidos durante la última década, por valor de más de 10 billones de dólares.
Y ya, para colmo, después de ver posar a los 5 candidatos para no sé qué elecciones, aparecen otras máscaras de muertos, vampiros , brujas y esqueletos... ¿Cómo nos hemos vuelto tan paletos? De verdad, mi sitio no está en este mundo.
¿No es motivo suficiente éste para tratar de apearse de este tren que camina tan alocadamente? "Maquinista,detenga por favor la máquina, yo me bajo en la próxima"
Pues nada, que van y abren el telediario con la 'secuencia' de un colega linchado a patadas, bofetadas y collejas repartidas al mejor estilo del Oeste en los pasillos de un Instituto de cuyo nombre no quiero acordarme. El púgil de turno, tenía sólo 15 años- ¡criatura!- y parece ser que el borde del profe le había arrebatado un paquete de Winston o Malboro, lo que hizo que el cowboy montara en Cólera, su caballo, y diera una paliza al 'forastero'. Esta escena era 'adornada' con otras de alguien que baja los pantalones a otro profe mientras explica el principio de Arquímedes o la confesión de una profesora que había sido objeto de diana, o tiro a la blanca... Seguían la escenas, porque cuando los periodistas quieren subrayar un 'hecho', echan mano de archivo y le salen varios vídeos-móviles.
De ahí pasamos al nivel de los pantanos, a los gastos de agua, a las hipotecas compartidas, y al negocio de unos cuantos. Aparece la playa de Cullera, una Cullera que yo conocía de allá por lo ochenta y me era imposible reconocer. Al parecer quedaba una parcelita libre para los locos del ladrillo y el cemento, en cómplice e incestuoso acuerdo con los ediles del Consitorio. Treinta y tres torres de 25 pisos a unos pasos de la playa. Ironías de los nombres " El Manhattan de Cullera".
Luego un grupo de 'geos' asaltando una vivienda a cañonazo limpio porque el 'actor' de esta peli de acción se había parapetado en su vivienda después de haberse cargado a la 'santa'. Un poco después, cinco picoletos de paisano reduciendo al segundo de un cártel colombiano "Norte del Valle" en plena calle. Cinco para uno y aún se resitía. El angelito, Orlando de nombre, junto a su jefe y la banda, habían introducido más de 500 toneladas de clorhidrato de cocaína en Estados Unidos durante la última década, por valor de más de 10 billones de dólares.
Y ya, para colmo, después de ver posar a los 5 candidatos para no sé qué elecciones, aparecen otras máscaras de muertos, vampiros , brujas y esqueletos... ¿Cómo nos hemos vuelto tan paletos? De verdad, mi sitio no está en este mundo.
¿No es motivo suficiente éste para tratar de apearse de este tren que camina tan alocadamente? "Maquinista,detenga por favor la máquina, yo me bajo en la próxima"
Comentarios
Pero yo aconsejaría a cualquier persona que quiera mantener su sanidad mental a buen recaudo, que se recetara una dosis de abstinencia televisiva. Notaría inmediatamente una mejora en su calidad vital.