Festival Intercultural - 2

Llevado por la curiosidad y por el tiempo, poco playero, me acerqué esta tarde al llamado I Festival Intercultural Ciudad de Santander, al menos eso era lo que rezaba el cartel anunciador colocado a la entrada. Tras un pequeño hall-haima se alineaban una serie de casetas blancas donde se exponían distintos objetos procedentes de distintos países. Parece ser que la 'cultura' la hemos reducido a matruskas, pulseras , collares , anillos del Cuzco, tapices indios , efigies egipcias y mil baratijas más. La 'cultura', una vez más, se ha convertido en puro comercio. Nada que explique ni nos diga que hay detrás de cada uno de esos objetos, cuánto trabajo, cuánta explotación, cuánto amor artesano, si no es que la 'civilización' ha 'encadenado' también el trabajo paciente y cuidado.

Una decepción más para el que vaya buscando algo más que 'souvenirs' varios de países nunca visitados. Hasta le resultaría difícil situar en el mapa, adivinar el rostro de sus gentes, el color y la textura de sus manos. Las relaciones humanas las estamos convirtiendo en compra-venta, no nos interesa el hombre, sólo lo que es capaz de producir y ni siquiera en eso sabemos apreciar cuánto sudor, cuanta dedicación, cuanta estafa hay en el objeto que compramos.


Mi única compra, una sencilla pulsera hecha de un hilo de goma y pequeños abalorios de madera - blancos, marrón , granate- , el trabajo de no sé cuántos minutos , por un €uro. Ese es el valor contante y sonante del trabajo de un hombre o una mujer.