¿ Qué es ser mayor ?

Ayer alguien, en un comentario que yo hacía sobre el recuerdo de juegos infantiles, tratando de recuperar una canción perdida, me decía que iba a preguntarle a su madre por si se acordaba. Y añadía , como pidiéndome disculpas: "perdon, no te estoy llamando mayor eh?". Hubo un tiempo en que por coquetería 'masculina', o sea mía, pretendía aparecer más joven. Ahora no es que me añada o me quite años, pero acepto mejor el hecho de 'ser mayor'. Ya sé que en los tiempos que corren el aparato económico vende 'juventud', como sinónimo de belleza, vitalidad, porvenir, posibles consumidores, y todo lo que cada cual quiera asociar a ese término. 'Ser mayor', vende menos, debe ser por eso de que las jubilaciones, o prejubilaciones no son rentables económicamente, por varias causas no son potenciales 'consumidores'. Y cuánto más se avanza en la mayoría, se les va más o menos arriconando, se convierten un poco en un estorbo.

Sin llegar a esos extremos, entrar en la categoría de 'mayor', no la deciden los demás, sino cada cual es libre de proclamarse 'mayor', el día que quiera. Incluso una persona de 40 años puede sentir y decretar 'me siento muy mayor'. Sentirse mayor puede significar, entre otras muchas cosas, haberse quedado sin ilusiones, sin una mirada nueva y curiosa, sentir que se le cierra el horizonte, que le quedan pocas ganas de vivir, como si se estuviera de vuelta de la vida. Hay muchos que ni siquiera ni eso se plantean, viven sin más, o bien vegetan.

En ese sentido creo que aún siendo mayor, no me 'siento mayor', a pesar de que algunas goteras se vayan abriendo en el edificio. Pero son sobre todo goteras físicas , más que mentales, porque en ese terreno - no se rían - tengo bastante adolescencia. Tampoco es nada malo tener gustos y pensamientos de mayor. Por ejemplo, tener ahora mismo abiertos delante de mí , tres libros de 'mayores'. Uno es el diario de César Simón ( no me gusta el título que le ha dado); "La rebelión de las masas" de Ortega, y uno titulado "Los viejos", de un autor nada conocido, llamado Pablo Ortega. Ya ven que ninguno de ellos figuraría en el anaquel de "Los más vendidos". Esos libros que están de moda, por su valor o sobre todo por la publicidad que quiera darle la Editorial de turno. Son los libros que la poca gente que lee, compra; digo 'compra', porque de eso se trata, más que de leerlo.

¿Por qué tengo abiertos estos tres libros?, porque en los tres hablan o escriben gentes que han 'vivido', y no siempre llegan a conclusiones felices, pero tampoco desgraciadas. Si leo el último párrafo del libro de Simón me dice cual es la conclusión a la que ha llegado con su diario:

"¿Cómo caminas ahora?, cómo gravitas, cómo sientes?, me pregunto a veces. Estoy en la vía. Algo, una sensación profunda , indescifrable, silenciosa, sensual y apesadumbrada, me conduce. Piso delicadamente la tierra y alargo mis brazos para acariciar las hojas de los árboles". Líneas más arriba explicaba la intención al escribir su diario: ¿"Transmitir una expresión de fisonomía dichosa e inteligente" , como pretendía Gide con su diario? ... Una impresión inteligente , sí, pero ¿dichosa? Ni tampoco desdichada aunque la naturaleza del mundo lo justificaría".
Si leo a Ortega leo qué es el concepto de 'masa', de la que mi 'mayoría' cada vez me segrega más."Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo - en bien o en mal - por razones especiales, sino que se siente 'como todo el mumdo' y , sin embargo, no se angustia, se siente a sabor al sentirse idéntico a los demás". Y para no sentirse así , a veces viene bien un sentimiento de mayor, que parece reservado a los jóvenes. Lo que en algunas páginas antes atribuye como lujo y deporte al 'intelectual'. Yo no soy, ni quiero ser intelectual, pero si quiero guardar esa capacidad que les reserva a los intelectuales "Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender... Todo el mundo es extraño y es maravilloso paraunas pupilas bien abiertas". Mantener los ojos en pasmo ... " Por eso los antiguos dieron a Minerva la lechuza, el pájaro con los ojos siempre deslumbrados"

Y Pablo Ortega en su libro "Los viejos" habla de Elías y Jaime que lucharon en la guerra en distintos bandos, ahora están compartiendo un plato de patatas que al comerlas es como si al mismo tiempo comieran 'la vida de las patatas' , ven "La mula yendo y viniendo, alumbrando en la tierra, a cada pasada, docénas de tubérculos. Los críos , felices, echándolos al serón. Y el abuelo Pedro descargando su peso ya liviano sobre la mancera para clavar bien la reja". Las patatas "harinosas por fuera y encallecidas por dentro", les saben de manera diferente a los otros comensales. Y mientras comen Jaime piensa que Elías a lo mejor era uno de aquellos que les esperaban detras de una rocas erizadas , alguien de los que partió de un bombazo a Pepe Lostau, su amigo. " En todo caso , ahí estaba Elías, otra vez derrotado. Mucho más que antes, se dijo Jaime con una nueva solidaridad fraterna. Ahora somos los dos los vencidos sin remedio"

¿No suena esta sensación más 'joven' , más humana, más viva, que los que quieren resucitar una Memoria histórica' de algo que no vivieron más que en los libros, si es que leyeron?

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Vaya,lo siento,la que he liado con decirte esa frasecita,no fue intencion,me referia a que a mi madre se la he oido al igual que tambien esa cancion se la he oido a mi tia y no son de la misma edad,entre ellas ahi una decada,yo tambien voy para mayor aunque me resisto el espejo no me engaña cada dia.

Bueno y despues de pedirte mil disculpas,hoy me cantaron la cancion,y la escribire tal cual me la dictaron,no reirse porfa:
"One ton tea dela tevere de la farfaisia de la teverenea de la ilva de la i ton mau".Que dificil.Porque no se que va junto o que va separado,espero que te sirva de ayuda.
Anónimo ha dicho que…
teverenea tambien es la primera.
Douce ha dicho que…
No tienes qué pedirme disculpa alguna, porque no has 'liado' nada. Sé perfectamente por qué mencionabas a tu madre, con el deseo de averigüar la famosa 'letrilla', no con ningún otro ánimo. Asumo perfectamente mi edad con sus ventajas y su realidad, eso no quita que, en mi coquetería, me gusta que me traten con la edad de ilusión que aún conservo.

Ya veo por la letra que me envías y que , efectivamente, hay que separar adecuadamente, se refiere a una manera de contar para ver hasta dónde llegaban sin dejar de botar la pelota, porque eran muchas las filigranas que tenían que hacer mientras botaban.

Gracias a tí y a la ayuda 'familiar' por haberme permitido recuperar recuerdos alegres que están todavía ahí, vivos en alguna parte.

Gracias y un abrazo para tí y tú madre.

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