Ráfagas

A lo largo del día, a nada que nos descuidemos, el azar de las horas nos trae como ráfagas suaves de viento , ligeras emociones que rozan nuestra rutina .

- Es la mirada inquieta de un animal que mira hacia uno y otro lado, en busca de su dueño. Como perdido en el mundo y para el mundo, si no lo encuentra. Va hacia un lado,mira, y no lo ve; va hacia el otro, hacia el sitio de siempre, pero tampoco. En sus ojos se dibuja no se sabe bien si el desconcierto, la extrañeza, la ausencia, la esperanza de encontrarlo. El dueño, mientras tanto, le observa detrás de una pared, entre curioso y contento por sentirse buscado, necesitado. Es una pequeña satisfacción cruel de ver que unos ojos le buscan entre nerviosos y resignados a lo que le depare vida.

El juego apenas dura unos minutos , el justo para saber que ambos se necesitan. El dueño, contento por saberse necesario, el animal, tranquilo porque nunca sospechara que sería abandonado por su amo. "Amo", "amo", "amo"...

- La playa en este día de nubes está casi desierta.Algunas gaviotas sobrevuelan un mar casi en calma que llega tranquilo hasta la playa. De repente, el bañista observa un vuelo vertical y certero que se hunde en el agua y surge triunfante con un pez en la boca. Su zambullida ha sido rápida, de una verticalidad exacta que no ha dejado a la víctima el tiempo de escurrirse. Al lado del alado pescador otra gaviota, más pequeña, espera que depositen en su pico la presa lograda. El bañista se queda sorprendido por la sabiduría del instinto . A los pocos minutos otra zambullida vertical y exacta repite como un rito una ley tan antigua como la vida. El depredador y la víctima.

Photobucket - Video and Image Hosting

- Un olor antiguo de azucenas entra en casa y con él una ráfaga de juventud de olores perdidos, cuando las azucenas olían a azucena... De repente otro mundo, otros jardines , otros paisajes , otro paisaje interior regresa al primer plano de las emociones. Todo un mundo en el vuelo de un aroma.

- La misma playa, las mismas nubes, el mismo casi vacío, el mismo día de un verano que va diciendo poco a poco adiós a días de calma.Una torre de vigías que apenas vigila nada y dos jóvenes, abrigadas, esperan impacientes que el verano oficial señale su fecha exacta, para repasar todas las sorpresas o la rutina de estos días. Contentas por haberse ganado a pulso, además de subronceado, quizá su primer salario de sol, vigilancia y espera.

Comentarios

Entradas populares