Bertold Brecht... y dos.

A LOS HOMBRES FUTUROS

Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.
Es insensata la palabra ingenua. Una frente lisa
revela insensibilidad. El que ríe
es que no ha oído aún la noticia terrible,
aún no le ha llegado.
....

Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.

Cambiábamos de país como de zapatos
a través de las guerras de clases, y nos desesperábamos
donde sólo había injusticia y nadie se alzaba contra ella.
Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.
Pero vosotros, cuando lleguen los tiempos
en que el hombre sea amigo del hombre,
pensad en nosotros
con indulgencia. "

Han transcurrido más de 60 años desde que Bertold Brecht escribiera estas palabras. Ayer, en este blog, mencionaba las “Satisfacciones” que se procuraba para tratar de eludir en lo posible los “tiempos sombríos” que le rodeaban. En una medida u otra, siempre rodean al hombre tiempos sombríos, y si no existieran, él se los crearía para compararlos con lo que él sueña como un mundo de luz, sosiego, calma.

Reconozco, resacas del verano que pronto se acaba, que pensando en el ‘curso’ político-laboral que se nos presenta, nuestra visión veraniega de la vida se torna otoñal, de tiempo desabrido y revuelto. Al menos ésa es la impresión que yo percibo entre la gente. Si alguno estuviere libre de esta sensación que le atribuyo dentro de ‘la gente’, que me perdone y se autoexcluya. Siento a nuestro país crispado, inculpándose unos a otros de ese clima de irritación, ello me lleva a reflexionar qué hacemos cada cual para evitar que las ideas, las opiniones, los prejuicios no sirvan de pretexto para enfrentarnos los unos a los otros. Por eso del poema de B.B. subrayo eso de:

Y, sin embargo, sabíamos
que también el odio contra la bajeza
desfigura la cara.
También la ira contra la injusticia
pone ronca la voz. Desgraciadamente, nosotros,
que queríamos preparar el camino para la amabilidad
no pudimos ser amables.

La violencia engendra más violencia, la imposición provoca rechazo, la crispación aumenta el nerviosismo y la ansiedad, la arrogancia genera rebelión, la intolerancia despierta rencores, las mentiras adornadas, siembran la duda y más tarde desinterés e indiferencia.Necesitamos sembradores de concordia, de valientes que sostengan sus ideas sin descalificaciones e insultos. Sobran los que venden bulos para distraer la mirada de lo que verdaderamente interesa. Necesitamos más valentía y coraje.

Estas palabras no van destinada a los ‘otros’, me las estoy diciendo a mí mismo, perdonen. Con la esperanza de poder decir a los “otros hombre futuros”, la incesante canción:

Vosotros, que surgiréis del marasmo
en el que nosotros nos hemos hundido,
cuando habléis de nuestras debilidades,
pensad también en los tiempos sombríos
de los que os habéis escapado.

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