Tócame, por favor.

PLEASE TOUCH.- ( by DOUCE)

Esta noche hacia las 7 de la mañana, cansada de estar en el salón, fui a la habitación de mi papá. No quería molestarle, así que asomé un poco el hocico para ver si dormía o daba alguna señal de que estaba despierto. Ya me daba la vuelta para volver a mi rincón, cuando oí un leve silbido. Yo no soy como él y enseguida percibí el sonido, me di media vuelta y me senté cerca de él. Ya sabe que cuando me siento así es para que me acaricie. Bueno si no lo hace, tampoco pasa nada y me acurruco junto a él, pero hoy empezó a acariciarme y yo me dejé. Me gusta mucho que me acaricie y le indico con mis patas que estiro y apoyo en sus brazos dónde y como me gusta que me haga sus caricias. Yo sé que él es más reservado para eso , pero conmigo sabe que puede y debe hacerlo. Le estoy enseñando nuestro lenguaje.

Nosotros , los perritos, como la mayor parte de los animales nos comunicamos con gestos, con caricias, con juegos, con olores , con movimientos de orejas , rabo, gritos de de varias clases. Es nuestro lenguaje, con el cual manifestamos nuestras emociones de cariño, de miedo, de excitación , de espera, de enfado... No hablamos, pero los humanos no saben que sus palabras son muchas veces la manera de ocultar sus verdaderas emociones , en lugar de servirles para comunicar sus sentimientos más íntimos. El lenguaje es entonces una protección, una máscara que usan para proteger su parte más íntima por miedo a sentirse descubiertos o heridos. A fuerza de querer evolucionar, de progresar en la escala animal de la que proceden, so pretexto de avanzar, han retrocedido. Apenas sí se tocan, si se manosean, si comunican con las manos, la boca, con todo su cuerpo lo que sienten. Lo racionalizan todo. Si se tocaran más, se reconocerían mejor, casi sólo se juntan para pelearse y emplean la impresión de 'cuerpo a cuerpo' , cuando hay otras emociones y sensaciones que transmitir cuerpo a cuerpo.

Mi papá me ha dicho después de nuestro 'cuerpo a cuerpo' de madrugada, que le había recordado un libro que leyó hace ya bastante tiempo, un tiempo que yo no sé ni siquiera imaginar. El libro, me ha dicho, se titulaba "Tóqueme , por favor", en inglés 'Please touch', el primer libro que escribió la periodista y escritora Jane Howard. Me dijo que era la moda entonces en California, que siempre ha sido un Estado pionero en todo este tipo de experimentos, de los 'grupos de encuentro' un experimento de comunicación humana que luego se recogería en España de una manera, muy a la española, con el nombre de "Terapia de grupo". En aquellos grupos que tenían una duración de un fin de semana o algo más , gente normal utilizaban juegos, ejercicios, trucos; a veces no. Algunos gritaban, sollozaban , se abrazaban , según el ritmo de sus emociones. Experimentaban las varidades del silencio como vehículo de comunicación: fastidio, extrañeza, serenidad, incomodidad , plenitud...

Yo escuchaba su cháchara y le decía que yo entendía mejor una sola caricia que todo ese largo monólogo que a mí no me aclaraba gran cosa. Lo que ocurre es que con mi silencio, escuchándole, yo también le estaba 'diciendo': "Te dejo hablar porque sé que necesitas echar fuera y comunicar ese recuerdo , que a tí te gustaría experimentar"

Es la diferencia que hay entre su lenguaje y el mío. El suyo es más rebuscado, aparentemente más elaborado, pero muchísimo menos directo. Y el lenguaje no está hecho para deslumbrar, sino para comunicar lo mejor posible lo que se siente.

Comentarios

Entradas populares