Cuidemos el Medio Ambiente, cuidemos nuestra ‘Imagen’

El señor del pantalón blanco, hoy beige, empezó muy de mañana haciendo esa cochinada de ir a un banco, no a uno de los de sentarse, sino a uno de esos de los atracos. Perdió allí veinte minutos y luego se fue a sus recados. No es que fuera del todo, como el otro, del corazón a sus asuntos, pero sí que decidió cambiar el baño de olas o por un baño de multitudes.

Pensó que tampoco está mal romper la rutina diaria, que se instala hasta en verano y darse un paseo por la ciudad , echar un vistazo a algunos ‘eventos consuetudinarios’ propios de esta estación, en una ciudad tan repulida como es la ciudad que lo habita y do habita. Dirigióse pues un poco al buen tuntún, en busca de una especie de feria del juguete reciclado del que había leído algo y que luego resultó tener un nombre mucho más institucional: “Carpa ambiental”. En la que los juguetes ‘medioambientales’, no ocupaban más que un lugar secundario.

Tras un largo caminar encontró al fin el recinto que la Consejería de Medio Ambiente ha instalado en la zona portuaria. Ya se sabe que esta ‘imagen’ medioambiental debe cuidarse mucho, porque suena a país adelantado que ha superado la barrera de la mera supervivencia. Eso demuestra que hemos ascendido al nivel de los países llamados desarrollados. Todos los gobiernos, y más si se tienen por progresistas, han que cuidar este aspecto, aunque después no vaya mucho más allá de las inauguraciones con espectáculos ígneos, stands, azafatas, monitores y monitoras varias para diversos talleres. No se sabe muy bien si el presupuesto se queda en las carpas y no llega para controlar los fuegos cuando se producen , o para evitar que los constructores con sus mordidas no se coman de paso la costa, o si se controlan los residuos y todas esas cosas que existen además de en los folletos y las casetas publicitarias.

Hecha esta apología de la labor del catedrático D. José Ortega , felizmente reinante en esta Consejería y la de la imprescindible e ilustre Vicepresidenta del Gobierno, también felizmente reinante, que no se pierde ninguna foto donde haya algo que inaugurar, pasaremos a lo que de verdad atrajo la atención del señor , hoy de pantalón beige.

Lo primero, fue la batukada que trataba de encontrar ritmos ancestrales dando palos medioambientales a unos cubos de lata o de plástico que otrora contuvieron pinturas u otros productos. Los chavales y chavales a las órdenes del monitor trataban de encontrar ritmos étnicos de algún tan-tan perdido en la selva. Ya dentro, un túnel de cartón piedra y unas plantas artificiales trataban de transmitirnos toda la hondura , la frescura y el salvajismo del más remoto bosque y en las ‘faldas’ de esas ‘abruptidades’ los correspondientes vídeos y paneles mostrando los MARE, (Medio Ambiente Agua, Residuos , Energía) y los CIMA (Centro de Investigación del Medio Ambiente) , por si aún no se habían enterado de la cantidad de ‘puestos de trabajo’, que toda Consejería que se precie, debe proporcionar.

Pero dejemos los ‘elogios’ y pasemos a lo que de verdad atrajo la atención del señor de beige (pantalón). Aparte del grupo de ruido y percusión, se entretuvo viendo cómo un grupo de niñas y niños del “Ventanuco” ‘manualizaban’ tratando de hacer una especie de cubita pequeña con las partes de cuando las pinzas de colgar la ropa eran todavía de madera. En el exterior jugaban algunos con los juguetes que el paseante buscaba. Se acordaba de aquellos tiempos en que los muchachos debían aprovechar cualquier objeto para fabricarse aros con sus guías de alambre retorcidos , planchas y patines con viejos cojinetes, hasta pelotas hechas de trapo. Es decir unos días antes de que desembarcaran los Madelman, los Lego, y por supuesto los Tamagochi, y los videojuegos.

¿Por qué le atraerá tanto al señor del pantalón beige el mundo de los juegos? Le dejaremos soñando, mientras se dirige a las casetas de la Feria del Libro Viejo.Lo mismo le da por contar lo que allí encontró, además de algunos precios nada despreciables.