El latín sale a tu encuentro

El otro día leía el Náufrago una noticia que no suele ser frecuente en nuestros medios de comunicación del siglo XXI. El titular era "Salve, 'Valhafridus" ! Se refería, según el corresponsal que daba la noticia, al hombre que mejor habla en latín actualmente. No se trataba de ningún obispo, clérigo o similares. Su nombre es Wilfred Stroh alias ! Valhafridus, profesor emérito de Filología Clásica de la Universidad de Munich, con 36 años de experiencia en la enseñanza del latín. Pero lo que resultaba más llamativo de la noticia, no era tanto el tiempo dedicado a enseñar esta lengua, llamada 'muerta', sino que para él y para sus alumnos, fuera una legua 'viva' y medio de comunicación entre ellos.

Siempre pensó el profesor que no se trataba de aprender declinaciones, conjugaciones, traducciones o textos aprendidos memorísticamente. Su enseñanza se centraba en la conversación, salpicada de actividades de teatro, danza o lectura de poemas con su perfecta métrica y fonética. El Náufrago sintió envidia . Repasaba sus clases de latín, incluso su latín de aquellos famosos 'comunes' de carrera y sus recuerdos no eran tan gratos y divertidos.

Esta mañana, paseando por los alrededores del Faro de Cabo Mayor, en Santander , quedó sorprendido al encontrar en sendas piedras , tres máximas en latín. Decían así " SINE SOLE SILEO", "TULLIT ALTER HONORES", "ULTIMA FORSAN".Curioso encuentro. Estaba claro, si las interpretaciones del Náufrago no andan muy descarriadas, que las tres eran muy aprovechables. La primera parecía adecuada a la hermosa mañana que nos regalaba este marzo que 'mayea'. " Sin sol guardo silencio". Y es que hay que tener el ánimo soleado para poder transmitir emociones al hablar.

La segunda también es de rabiosa actualidad, que diría algún cronista de los de antes. Unos son los que trabajan, dan el callo y se esfuerzan, " Otros los que se llevaron los honores " y el provecho. De la última, le costó algo más captar su significado. Lamentablemente se había olvidado de un adverbio, "forsan": 'tal vez', 'quizá'. Entonces sintió más íntimamente el duro significado de la frase " Acaso sea la última"...

Cada cual puede pensar, cuál puede ser la última oportunidad que la vida le presenta.


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POST DATA: Después de que el Náufrago hubiera hecho estas 'se-sudas' reflexiones sobre las susodichas inscripciones, un azar cibérnetico,confirmó una vez más que 'nihil nuovo sub sole' que antes que a él, a algún paseante, le había picado la curiosidaddel porqué esos latinajos junto a un faro. El intrigado había enviado al periódico local una carta para ver si alguien podía satisfacer su curiosidad y sacarle de su duda.

El periódico en cuestión había puesto en marcha al 'departamento de investigación y resolución de dudas' de los lectores. He aquí el resultado de sus averiguaciones.

"Las leyendas, escritas en latín, hacen referencia a un reloj de sol, grabado en la parte superior de una de las piedras, en la que se puede leer 'Ultima Forsan', que significa 'la última quizás' (refiriéndose a que la hora que miras en el reloj puede ser la última). A este reloj le falta el gnomon, el elemento que produce la sombra y sin el cual no se puede leer la hora.

A ambos lados se encuentran otros dos soportes de piedra (carentes de reloj de sol alguno), con otras dos inscripciones: 'Sine sole sileo' ('Sin el sol enmudezco') y 'Tulit alter honores' ('Otro tuvo la honra' u 'Otro se llevó los honores'). Según uno de los lectores, estas inscripciones quizás hagan referencia a la pérdida de la importancia de los relojes de sol frente a los mecánicos. De diferente opinión es el lector Evelio García, quien cree que las frases estaban dirigidas a los marineros.
  • Fuentes
La información recopilada sobre estas inscripciones, además de la aportada por los lectores, entre ellos Carlos Losada o Javier R. Rodríguez, de la Agrupación Astronómica Cántabra, ha sido obtenida del libro de Miguel Ángel García Guinea y Elena de Diego sobre relojes de sol, así como de la profesora de Filología Latina de la Universidad de Cantabria, Juana María Torres, y del director de la Escuela Taller de Santander, Esteban Sainz.

(Véase DIARIO MONTAÑÉS)

Así queda completada la historia de "El latín sale a tu encuentro" (¡uffff! ¡Qué alivio!)

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