Douce y sus miedos

Se preguntará quizá algún visitante de esta isla por qué mi papá y yo hablamos a menudo de nosotros. De nuestras alegrías y de nuestros miedos. La razón es sencilla, hemos abierto esta bitácora para 'dar cuerpo' a los primeros y 'exorcizar' - jó que palabra me ha soplao el pedante de mi papá!- a los otros. He tenido que mirar el diccionario para saber qué es lo que realmente quería decir eso del 'exorcismo', y más o menos, me he enterado.

Parece ser que esa palabra, como muchas de las que emplea mi papá, procede del latín "exorcimus' y como los romanos eran unos copiones se lo robaron a los griegos, que en eso de la cultura habían llegado primero. "Orkos", en griego, significa ' obligar a prestar juramento'. Entonces lo que hacían los 'expertos' exorcistas, y aún hacen, es tratar de hacer confesar a los demonios que llevamos dentro que canten , revelen su identidad y digan por qué se han colao dentro.Así que tienen que prometer pirárselas y dejar de tocarnos los pies. Bueno en mi caso, las patas.

Porque 'demonios' son, además de esos señores que tienen cuernos y rabos, todo aquello que no nos deja ser nosotros, y nos da miedo. Una vez que esos señores camuflados, que no dan la cara, en cuanto se les saca a la luz, pierden todo su poder. Bueno, quizá me he excedido en la explicación, pero la culpa la tiene mi papá que le gusta enredar las cosas y me ha puesto la mesa llena de diccionarios.

El 'demonio' que hoy me hacía a mí meter el rabo entre mis patas, el que me impedía entrar adonde me llevaba mi papá, "Bonnie & Clyde", mi pelu, y casi trato de cruzar la calle para huir... era el miedo de entrar en un sitio, que aunque lo conozco y me tratan muy bien, en principio rechazo. Mi papá y yo hemos estando pensando por qué tengo yo miedo a entrar en un sitio que no es mi casa. ¿Será que siento miedo a que mi papá me dejé allí y no vuelva a recogerme? Tengo grabado en alguna parte muy íntima de mí, la vez que mis primeros amos , me dejaron abandonada a la puerta de un albergue para perros y no volvieron a buscarme, hasta que un día los hijos de mi papá me sacaron de allí. Quizá tema, aunque me tratan muy bien en la pelu, que esta vez mi papá no vuelva a por mí y por eso me resisto a entrar.

No es que arme un gran jaleo, enseguida sale la chica que me corta el pelo y me dice cosas muy cariñosas. Me llama 'guapa', me dice : " ¡ven, cariño!", y me da alguna 'chuche'. Pero aún así, yo me resisto un poco, hasta que por fin me coge en brazos y me lleva a un cuarto donde se ocupa de cortar mi pelo. Ya les contará lo que ocurre después.

Ahora me van a cortar el pelo

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