Más sobre Liérganes y el Hombre Pez
VOYAGE...VOYAGE.
Lo bueno de los viajes es poder escapar de la rutina diaria. No sólo es lo que disfrutas viajando, cambiando, renovándote, es que esa sanación interna empieza desde el momento en que sueñas con el proyecto, mientras lo realizas y lo que lo saboreas después de haberlo disfrutado.
Por eso, antes de viajar recogemos información, revisamos rutas y mapas. Es el inicio del viaje. Luego, quizá días o hasta meses más tarde, llegamos al lugar que soñamos. Hay cosas que nos decepcionan, no son como las que fabricaron nuestros sueños, pero suele haber muchas más sorpresas agradables. Abres los ojos, descubres nuevas gentes y costumbres, tus ojos se renuevan con la visión de monumentos, calles, casas, espacios verdes, montañas...
Pero ahí no acaba el 'viaje'. Al regresar repasas una a una las emociones sentidas, las buenas y las menos buenas. Repasas una y otra vez las imágenes en las que aprisionaste un instante y te recreas mirándolas. Puede ser un monumento, un gato, un grupo de personas sentadas en un banco, aquel puente puesto allí desde hace centenares de años y sobre el que se han posado millones de ojos, antes que los tuyos... De lo que a veces abusamos es querer que otros sientan con la misma intensidad los que no hicieron el viaje y sólo ven unas imágenes más o menos bonitas, pero a las que, quizá, no tienen ninguna emoción propia asociada
Revivir el viaje. Eso es algo que ha hecho hoy el Náufrago y que la técnica impidió hacerlo ayer. Ahí están algunas de las 'visiones' que dejó prisioneras en su cámara y ahí está la leyenda que ayer por primera vez leyó desde el principio hasta el final. Leyendas fantásticas que creamos, los hombres. Creer es crear una verdad que a lo mejor no existe, ni nunca existió. Pero, a veces necesitamos ser crédulos.
Lo bueno de los viajes es poder escapar de la rutina diaria. No sólo es lo que disfrutas viajando, cambiando, renovándote, es que esa sanación interna empieza desde el momento en que sueñas con el proyecto, mientras lo realizas y lo que lo saboreas después de haberlo disfrutado.
Por eso, antes de viajar recogemos información, revisamos rutas y mapas. Es el inicio del viaje. Luego, quizá días o hasta meses más tarde, llegamos al lugar que soñamos. Hay cosas que nos decepcionan, no son como las que fabricaron nuestros sueños, pero suele haber muchas más sorpresas agradables. Abres los ojos, descubres nuevas gentes y costumbres, tus ojos se renuevan con la visión de monumentos, calles, casas, espacios verdes, montañas...
Pero ahí no acaba el 'viaje'. Al regresar repasas una a una las emociones sentidas, las buenas y las menos buenas. Repasas una y otra vez las imágenes en las que aprisionaste un instante y te recreas mirándolas. Puede ser un monumento, un gato, un grupo de personas sentadas en un banco, aquel puente puesto allí desde hace centenares de años y sobre el que se han posado millones de ojos, antes que los tuyos... De lo que a veces abusamos es querer que otros sientan con la misma intensidad los que no hicieron el viaje y sólo ven unas imágenes más o menos bonitas, pero a las que, quizá, no tienen ninguna emoción propia asociada
Revivir el viaje. Eso es algo que ha hecho hoy el Náufrago y que la técnica impidió hacerlo ayer. Ahí están algunas de las 'visiones' que dejó prisioneras en su cámara y ahí está la leyenda que ayer por primera vez leyó desde el principio hasta el final. Leyendas fantásticas que creamos, los hombres. Creer es crear una verdad que a lo mejor no existe, ni nunca existió. Pero, a veces necesitamos ser crédulos.
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