Douce, Amanecer.

SI AMANECE Y VES...

- Douce, ¿Por qué cada mañana cuando me despierto, te veo ahí, acurrucada, los ojos abiertos pero como si no me miraras…? Estás como absorta, perdida en no sé sabe qué pensamientos… O quizá no pienses nada. Estás ahí, hecha un ovillo. Es tu manera de darte calor, porque tú no necesitas ni sábanas, ni mantas, ni edredones. Eres autocalefactante, como eres autosuficiente en tantas cosas, salvo en la necesidad de caricias, carantoñas… cariños que tiene C de corazón.

- ¿ Acaso tienes algo que decir sobre esa postura mía, ovillar? ¿Es una indirecta para que no duerma contigo? ¿O es pura envidia de no tener la ‘autonomía’ (cara) que yo tengo? Porque si no, no entiendo a qué vienen esas ‘reflexiones’ mañaneras. Estoy así, acurrucada, la mirada reposada, sin pensar en nada, porque lo mío es vivir, cosa que a veces tú no sabes hacer. Mi vivir consiste en estar así, existir, acompañar… y esto se diría que despierta cierta envidia en mis compañeros de cama.

- No es ninguna indirecta para que te vayas. Me gusta que estés ahí, sin decir nada, sin moverte. Lo que me maravilla de ti y lo que me pregunto, es cómo puedes pasar toda la noche sin cambiar de postura, sin moverte, aguantando impasible mis respingos nocturnos. Simplemente quería decirte que al verte así, al despertar, me transmites una íntima sensación de calma, de sosiego, sin más preocupación que la de vivir. Vivir a tu modo, Sin desperdiciar ni un solo momento en vagas divagaciones.

- Ah, si es así, vale. No te preocupes que en cuanto vea que has acabado tu ritual matutino de desayunos y abluciones varias, abandonaré mi condición silente, sedente o tumbante y me pondré a seguirte a todas partes, a hacer cabriolas y saltos. Mi tranquilidad se habrá tornado inquietud, y con brincos y arrumacos te indicaré que necesito respirar el aire puro, oler todos los recodos donde pueda satisfacer mis deseos olfatorios y atender de paso a otros menesteres.

Comentarios

Entradas populares