De Astros a Ramos

DOMINGO DE RAMOS

Cada día me gusta más lo que me dicen los astros. Se nota que son viejos y están cargados de sabiduría. Bueno, también hay días que dicen sandeces… ¿Pero quién no dice tonterías, incluso varias seguidas en un día? Lo bueno que tienen estos consejos astrales es que se toma de ellos lo que te interesa y lo demás lo tiras a la papelera. Eso es lo que hacen también los políticos, sólo escuchan a los que les halagan. Si les ponen a parir, es culpa de los periodistas o de los que no piensan como ellos.

Pero vamos a dejar a esos señores en paz, que, de momento, nos dan menos la tabarra, aunque los periodistas no descansan. Si hablan porque hablan, si se callan a ver por qué coños no hablan. Hay que emborronar páginas como sea y sino ahí están las vacaciones que vienen después de las elecciones.

No incurramos en lo mismo que criticamos y vamos con lo que los astros nos recomiendan para hoy:

Bonjour Julio,

Votre Tendance Générale du dimanche 16 mars 2008 :

On risque de parler de vous avec une certaine rancœur et pourtant vous faites tout ce qu'il faut pour qu'on vous oublie. Les éloges et les compliments ne font pas partie du programme ce qui ne modifie en rien vos sentiments. Vous saurez éviter les moqueries cruelles.

Pues no sé quién es el rencoroso que pueda hablar de mí. No sé quién pueda ser, pero si ellos lo dicen... oídos que no oyen, corazón al que le resulta fácil olvidarlo. Lo que sí me parece más acertado es cuando afirman que los halagos y los cumplidos como que no forman parte del ‘programa’. Apañaos estamos si hay que estar pendientes de los que nos alaben o critiquen, siendo el corazón humano tan mudable y tan escaso normalmente de los elementos de juicio con que juzgamos a los demás. En cuanto a lo de burlas ‘crueles’, pues qué vamos a decir, que no piensa el Náufrago que la sangre tenga que llegar al río.

Así que pensaremos que hoy es Domingo de Ramos, que ya se había olvidado el Náufrago de qué iba la cosa. ¡Hace tanto tiempo! Antes todo eran ‘estrenos’, ponerse de punta en blanco, palmas para los ricos y ramos de laurel los ‘pobres’. Y el Náufrago pertenecía más bien al segundo grupo y envidiaba un poco a los que 'palmaban'. Hoy, mientras iba hacia la playa, sería la una menos cuarto, aún veía a matrimonios y algún que otro rapaz que salían de la misa de 12, que solía ser la de más clase, con ramos de laurel en la mano. Pero eran mucho más los que paseaban por los Jardines de Pereda, tomaban el sol en las terrazas, jugaban a las palas o tomaban el sol en las playas, o daban cuenta de unas rabas mientras sus hijos se divertían y no daban la vara, en la Península de la Magdalena.

Los tiempos cambian, pero los hombres no tanto como parece. Que cambien las costrumbres no indica que el hombre cambie de verdad. Se acomoda a los tiempos, como siempre.

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