En donde Douce pone los puntos sobre la “íes”

DOUCE AL HABLA

Pues resulta que esta mañana cuando él (o sea mi papá) volvió de su sesión natatoria y me contó que la ciudad tenía el extraño aspecto de un amasijo de casas y calles desiertas, tuvo la ‘deferencia’ de sacarme para dar un paseo por los entornos, también llamados alrededores. Yo que en estos días en que la primavera muestra tímidamente su cara ando un tanto revueltilla, nada más salir empecé a arrimar mi trufa a todo lo oíble y otear el horizonte para ver si había amigos míos. Hay temporadas que siento mucho la necesidad de estos contactos, que el rigor egoísta de mi papá no me permite que satisfaga como desearía.

A falta de esos placeres, tuve que contentarme con oler y ser olida y poquito más… Mientras, él se dedicaba a ver si reía la primavera como en aquella vieja canción. Pero la verdad es que de momento, con este fresquete y este viento, los gladiolos apenas si se atreven a asomar su cabeza blanca por miedo a despeinarse. Y mientras los gladiolos intentan desmelenarse un poco, el suelo del jardín está lleno de pétalos de camelia que el viento y la edad caduca de las flores va esparciendo por el césped. De todas formas hay también alguna de las camelias que no se han dado tanta prisa en florecer y afloran ahora como pequeños botones muy apretados retrasando su apertura, a la espera de algo más de luz y de calor.

Al subir, yo me senté en mi sitio a descansar y meditar sobre lo vivido. No sé si me vio cara filosófica que me miró y estuvimos un ratito mirándonos el uno al otro. Yo no sabía qué quería decir exactamente con aquella mirada, hasta que me preguntó: "¿Qué piensas de esta bitácora en la que tú trabajas como becaria?"

- Pues en primer lugar creo que ya llevo bastante tiempo dando el callo y que se me está haciendo larga mi ‘becaría’. Tengo la sensación de que he hecho suficientes méritos para tener un puesto fijo, de secretaria por ejemplo, con catorce pagas , algo más que mileurista, seguridad social, horario racional, vacaciones y días libres…

Frunció un poco el ceño, se le hicieron una serie de arrugas en su frente como diminutas montañas, abrió eso ojos pequeñines que tiene y me dijo:

- ¿No estás contenta con tus condiciones laborales? ¿Crees que te estoy explotando? ¿Acaso piensas que te trato como una ‘empleada’ y no como a alguien que es mucho más que todo eso? Daba por sentado, que esos conceptos que has mencionado no formaban parte de un ‘convenio’ de otra categoría, que no se mide en horarios, salarios o estamentos… Te preguntaba cuál es tu opinión sobre este blog en el que tú ‘trabajas’ de una manera muy diferente a tu título formal de ‘becaria’.

- Si nos vamos a poner serios, te suelto lo que pienso de ‘tu’ blog. Así, a primera vista, me parece un tanto peñazo, algo pedante en ocasiones y demasiado egocéntrico.

Se quedó algo extrañado y puso cara de póker. Pero como vi el impacto que había causado mi primera ‘intervención’, traté de dorarle un poco la píldora.

- Si he dicho que es un poco egocéntrico, quiero decir simplemente que obedece a gustos muy tuyos y de los que, probablemente, bastantes de los que caen por aquí de la mano de Don Google, no participan. Pero eso no tiene por qué preocuparte, hay cosas mucho más divertidas e interesantes que ver y los internautas son seres con prisa. Entran, se posan como un pájaro en la rama de un árbol, ven que no les gusta y emprenden rápidamente el vuelo hacia otro árbol que tenga mejores vistas. Es lo que yo llamo, como perrita experta, ‘aves de paso’. Luego habrá algunos a los que les interese algo más y se detengan un poco a ver cómo respiras. También éstos se saltarán algunos de tus pesados párrafos y escogerán algo que les guste más.

- "¿Eso piensas?", me preguntó.

- No, pienso muchas más cosas, tengo mi criterio al respecto. Y te daré una pista. Si aburres es poco adoptas una pose demasiado seria, trascendente y hasta aburrida. Serán cosas que te interesan a ti, pero maldita la gracia que les hace a otros que ya tienen bastante con lo suyo. Y te diré una cosa más, para que te enteres, así la próxima vez te lo pensarás antes de pedir mi parecer. Escucha, engreído, si algo más ‘legible’ tiene esta bitácora es cuando escribo yo, porque no lo hago de forma encorsetada, digo lo que siento y no ando con rodeos, metáforas, alambicamientos y cosas parecidas en las que tú eres maestro… ¿Y sabes lo que te digo? que me has hecho hablar más de la cuenta, y has logrado que me vuelva tan pesada como tú. Así que para no aburrir más al personal, corto y cierro.

Y ahora, si no tienes inconveniente, voy a echar una cabezadita que tanto parloteo me ha cansado un poquito, y necesito descansar.

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