Casonas y cajones

El Náufrago aprovechó esta hermosa mañana primaveral para hacer una tournée ecológico-monumental. Quería ver de cerca, además de los hermosos paisajes de la desembocadura del Pas, montañas nevadas en el horizonte incluidas, el atropello ecológico perpetrado en la falda del Alto del Cuco.

Vio el espléndido paisaje primero, y después siguiendo la carretera que va hacia las dunas de Liencres, se detuvo un momento para que sufrieran sus ojos el dolor del monte, desmontado, excavado, despiadadamente descarnado. Supo que no sólo había un “Cuco", en pie siguen los paneles de las empresas que están sembrando de ortros cucos todo lo desmochable. Grupos de casas-caja, sin el más mínimo espacio verde, proliferan en la zona.

Camino del bosque y de la playa, aún no hollados por las máquinas, se detuvo en un recodo del camino para ver cómo las ruinas va adueñándose de lo que antaño fuera casona o palacio de indiano. Todo hablaba de antiguas grandezas a punto de desmoronarse. La casa-palacio que perteneciera al primer Conde de Mortera hoy pertenece a la Casa de Medina-Sidonia, cuya titular, la Duquesa Roja, acaba de fallecer.

La historia del palacio, hoy semi abandonado a su suerte, es todo una lección de cómo acaba lo que un día fue aventura, ambición, coraje y otras cosas que el Náufrago no sabría definir. La historia es más o menos la siguiente, por lo que ha averiguado: Ramón de Herrera y Sancibrián, un humilde tejero de 17 años, dejó un día su pueblo huyendo de la miseria para ir a la búsqueda del sueño americano. La historia no nos dice, cómo llegó a ser banquero y armador, pero el caso es que durante la guerra de Cuba donó parte de su flota al gobierno español. Como premio, Alfonso XII, entonces reinante, sacó del cajón de su reales agradecimientos el título nobiliario de Conde Mortera para el 'ex tejero'. Así D. Ramón pasó a ser el primer Conde de Mortera. Como las noblezas y los dineros suelen encontrarse fácilmente, sucedió que una hija del Conde tejero, banquero, armador emparentó con la Nobleza, Nobleza.

Así que según cuentan las crónicas - en este momento el Náufrago transcribe, porque estos enredos familiares le sobrepasan- :
“Estas propiedades pasaron a la Casa de Medina-Sidonia, tras el casamiento del XX Duque de Medina-Sidonia con María del Carmen Maura y Herrera, la hija favorita del I Duque de Maura y de la V Condesa de la Mortera, quien las heredó. El matrimonio de Julia de Herrera y Herrera, V Condesa de la Mortera, con Gabriel Maura Gamazo, I Duque de Maura, unió en la misma familia ambos títulos, usándose últimamente el Condado de la Mortera por los primogénitos del Duque de Maura.”
Un lío, ¿No? El Náufrago naufraga en estos mares.

Hoy la casa es una pura ruina y al parecer los buitres que siembran los entornos de ladrillo están esperando que tanta piedra noble se venga abajo por su propio peso y abandono para que sus grúas y máquinas de muerte, construyan esos cajones-casa que se pueden ver al otro lado de la carretera.

La casa, según ha podido leer el Náufrago en el BOC ( Boletín Oficial de Cantabria) fue declarada “Bien de Interés Local, con la categoría de Inmueble, a favor del «Palacio de los Condes de Mortera», en el término municipal de Piélagos”. Pero también ha leído que esa declaración de 24 de abril de 2001, “debido a supuestas presiones inmobiliarias y a un cambio en el equipo de la Consejería de Cultura, finalizó con la denegación de la categoría de B.I.C. y el inicio de expediente para su declaración de la figura menor de Bien de interés local, después de haber separado del edificio la mayor parte de la finca que le rodeaba, que con seguridad pronto será dedicada a la construcción de viviendas con el consiguiente deterioro para la contemplación del edificio.” ( Véase: Mortera verde: http://www.morteraverde.org/ValoresNaturales/CasaCondes.html).

El Náufrago se pierde entre tanto mercadeo, pero los hechos cantan. Ahí quedan estas fotos como testimonio de lo que vio con sus ojos esta mañana y de lo cual quiere dejar constancia. Constancia de tristeza, de asco e impotencia. Escrito queda, perdonen el coñazo

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
A Ramón Herrera Sancibrián le dieron el título porque se fue y así pudo hacer todo lo que hizo en Cuba pero sus hermanos que no se fueron de Mortera ¿se sabe qué fue de ellos, los pobres?

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