Di_vagaciones

Hoy mientras se duchaba oía en el aparcamiento de la casa vecina voces de despedidas y de adioses. Padres ya mayores que veían cómo sus hijos metían bolsos, maletas y toda clase de archiperres veraniegos en el coche. Los nietos iban de una lado para otro, inquietos. La abuela y el abuelo tratando de poner orden ante tanto nerviosismo, mientras el padre del chico y de la chica daba vueltas y más vueltas a los bultos para que cupieran en el maletero que , como siempre, se quedaba pequeño para tanto trebejo.

Su torpe oído no le permitía percibir las cosas que se preguntaban la mujer y el marido, por eso decidió inventárselas, si es que no se inventaba también esta tradicional despedida.

- ¿Has metido mis gafas de buceo? No sé para qué llevamos esta sombrilla que no me cabe en el maletero. Podemos comprar una en cualquier sitio, si es que la necesitamos.
- El que aquí esté lloviendo hoy, no quiere decir que en toda España esté lloviendo. Tampoco entiendo yo para que llevas el equipo de buceo, para quince días.
- Mamá y ¿mi playstation?, gritaba el chiquillo
- Mamá y ¿ mi bañador de flores?, preguntaba la niña
- El de flores, el azul ,el bikini y el pareo...

Los abuelos trataban de que los nietos no metieran más baza , porque los nervios empezaban aflorar en sus progenitores. El padre trataba de que todo cupiera en el amplio maletero del coche...

- Teníamos que haber comprado una baca o un remolque, gruñó impaciente el padre, que aún no había colocado las bicis de los niños.
- Ni que fuerais a iros a...
La abuela, que veía como estaba el ambiente, dio un codazo a su marido que no pudo terminar la frase.

Esta mañana de julio había amanecido gris, con una lluvia fina impropia del mes de julio. El principio de las vacaciones tan esperadas no empezaban con buen pie, pero seguía intacta la ilusión, como una necesidad vital, de que esta monotonía, esta rutina de disputas , terminaría en cuanto se hubieran alejado de este cielo gris, de estas casas enormes, de estas caras conocidas... En cuanto dejaran de ver la carnicería, el puesto de golosinas, la farmacia, la panadería , el bar El Portalón, y la cabina de la ONCE de todos los días.

Era más fuerte el 'sueño' que la realidad. Al fin y al cabo para eso están las vacaciones, para soñar por unos días que la realidad no es la rutina de todos los días que nos hace hoscos, desabridos, aburridos, irritables... En vacaciones no seremos 'nosotros', seremos el otro que soñamos, el que queremos ser.

En vacaciones, no encontraremos atascos, no sufriremos largas colas, los niños no dirán : "papá , ¿cuándo llegamos?" Rafa no se meterá con su hermana, cuando hable por el móvil con Iván. Tendrán la playa casi para ellos solos, y no tendrán que madrugar para coger sitio, no le clavarán en el restaurante por eso de comer en primera línea de playa... Encontrarán camareros amables a los que no haya que llamar seis veces para que te atienda.

- Ahora voy señor, que no tengo diez manos . Tengo a seis clientes esperando! " A ver, cocina. ¡Esos calamares!

Es el primer día hay que soñar : hará un sol espléndido, el apartamento tendrá estará limpio, a 400 metros de la playa, que no serán dos kilómetros, no habrá ningún ruido por la noche y podremos descansar... ¡por fin!

Por un momento los cuatro se ponen a soñar...

- No tendré que preparar comidas, se acabó el fregar, planchar, hacer las camas, ir a la compra... sueña la madre.

- Un mes sin tener que aguantar al plasta de mi jefe.Olvidarme de Ramón, de Julián, de Enrique y de todos esos plastas de la oficina... sueña el padre.

- ¡Sin colegio! ¡qué guay...! adiós a los libros, a las mates, no ver hasta septiembre la cara del profe de Historia que me ha suspendido, y a la de inglés que no la trago. Podré jugar con la play, veré la tele..., sueña el hijo

- Encontraré a muchas amigas y amigos, me dejarán ir a la disco y conoceré a chicos guapos, pero no se lo diré a Iván porque se enfadaría. Le diré por teléfono que le echo de menos... sueña la hija

Vacaciones, vagancias, divagaciones

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