Levantando el vuelo
EN UN AVIÓN DE PAPEL
Pues la verdad es que no se había despertado con buen estómago, debía ser la resaca de haberse tomado unas dosis excesivas de Baudelaire por la noche. Aquellas “Flores del mal” no debían haberle sentado demasiado bien porque al despertarse resonaban aún en sus oídos aturdidos las palabras del prefacio de aquel libro de flores malignas: “Al lector”:
De hecho aquel paseo borró las trazas dejadas por el poeta maldito, maldito poeta. Albatros de alas gigantescas:
Así que abrió el buzón y encontró la sorpresa:
“Consigue ‘volando’ 3.000 euros en menos tiempo del que...”
No esperó más, llamó al 902... de los ensueños, consultó los catálogos de los viajes más insólitos y aparecieron miles de destinos adonde el ‘spleen’ del poeta no podría llegar. Afortunadamente este mundo en que vivimos pone a nuestro alcance los paraísos más soñados a un tiro de llamada telefónica. Sólo hay que cerrar los ojos y dejarse llevar por esas voces generosas que están siempre prestas a echarnos una mano y no permitir que por un cochino puñado de euros no podamos satisfacer nuestros más recónditos deseos.
Tenía América entera a su alcance. Toda Europa, desde el norte, al Mediterráneo, pasando por el atractivo de su centro... Marruecos, Túnez, Egipto, cualquier rincón de África desplegando sus playas, ofreciendo el laberinto de sus zocos, el misterio de sus selvas, la profundidad de sus ríos, el calor adulador de sus gentes...
Aquel regalo de 3.000 euros le había hecho volar en un avión de papel. Por su mente desfilaron nombres ensoñados o ensoñadores: Bariloche, Ushuaia, Puntacana, Chapelco, Papeete...
Volvió a leer el reclamo. Era lo que en la cabeza de cualquier mortal que no sea poeta, podría dibujarse:
Y lo decidió:
Pues la verdad es que no se había despertado con buen estómago, debía ser la resaca de haberse tomado unas dosis excesivas de Baudelaire por la noche. Aquellas “Flores del mal” no debían haberle sentado demasiado bien porque al despertarse resonaban aún en sus oídos aturdidos las palabras del prefacio de aquel libro de flores malignas: “Al lector”:“¡Es el hastío! Él nos llena de llanto sin motivoSí, debía de ser eso. Por eso decidió dar un paseo, porque sabe que un poco de aire, una mirada, una voz, son el mejor remedio para hacer desaparecer ese monstruo de nombre indeciso que a veces, sin querer, se apodera de nosotros.
y fumando su pipa, imagina cadalsos.
Tú conoces, lector, al delicado monstruo
- Hipócrita lector – mi semejante, mi hermano.
De hecho aquel paseo borró las trazas dejadas por el poeta maldito, maldito poeta. Albatros de alas gigantescas:
“Éxilé sur le sol au milieu des huées,Ya no era un albatros era un simple viandante sin alas, caminando sosegadamente sobre sus pies. En casa le esperaba la sorpresa. No era precisamente el “Ideal” del poeta, pero podría servir como sucedáneo. Y es que el Poeta, es demasiado exigente:
ses ailes de géant l’empêchent de marcher”.
“ No serán nunca esas beldades de viñeta
Podridos productos, nacidos en un siglo vacío,
Pies con borceguíes, dedos de castañuelas
Los que sabrán satisfacer un corazón como el mío".
Así que abrió el buzón y encontró la sorpresa:
“Consigue ‘volando’ 3.000 euros en menos tiempo del que...”
No esperó más, llamó al 902... de los ensueños, consultó los catálogos de los viajes más insólitos y aparecieron miles de destinos adonde el ‘spleen’ del poeta no podría llegar. Afortunadamente este mundo en que vivimos pone a nuestro alcance los paraísos más soñados a un tiro de llamada telefónica. Sólo hay que cerrar los ojos y dejarse llevar por esas voces generosas que están siempre prestas a echarnos una mano y no permitir que por un cochino puñado de euros no podamos satisfacer nuestros más recónditos deseos.
Tenía América entera a su alcance. Toda Europa, desde el norte, al Mediterráneo, pasando por el atractivo de su centro... Marruecos, Túnez, Egipto, cualquier rincón de África desplegando sus playas, ofreciendo el laberinto de sus zocos, el misterio de sus selvas, la profundidad de sus ríos, el calor adulador de sus gentes...
Aquel regalo de 3.000 euros le había hecho volar en un avión de papel. Por su mente desfilaron nombres ensoñados o ensoñadores: Bariloche, Ushuaia, Puntacana, Chapelco, Papeete...
Volvió a leer el reclamo. Era lo que en la cabeza de cualquier mortal que no sea poeta, podría dibujarse:
“Ya no puedes más, después de días, incluso meses de tanto trabajo, necesitas un respiro. Las vacaciones son el mejor invento de la vida laboral y se ha convertido en uno de los sectores más importantes y que más capitaliza nuestra vida cotidiana e incluso nuestra economía. Vivimos en una sociedad viajera. Conocer, disfrutar del tiempo libre, descubrir, aventurarse, renovarse.. Es por ello que la oferta de vacaciones se ha desarrollado tan ampliamente durante las últimas décadas. Hay para todos los gustos...”Estaba claro, todos los que nos ‘quieren bien’ piensan igual. No hay nada que lo impida. Además tienes ahí, en la mano, 3.000 euros. En septiembre, en octubre o quién sabe cuándo, jodío poeta, podrás volver a pensar en ellos. Terminó de leer el párrafo del reclamo:
“... simplemente el vuelo para montarnos nuestra ruta por China y un sin fin de propuestas que nos ofrece la industria turística para romper con la rutina... Atrévete, haz la maleta y vente de viaje... Importante es el destino pero también la experiencia que en él tendrás pues unas buenas vacaciones además de tu descanso anual, trimestral o semestral, son también un recuerdo para toda la vida.”
Y lo decidió:
De vez en cuando es necesario perder la razón.
Adiós mundo cruel de todas las rutinas,
De las estrechas calles
De mustia gente
Os dejo por un tiempo
Me olvido de todo
Y de todos
Es tiempo de volar
En una avión de papel
bye bye my love
Adiós mundo cruel de todas las rutinas,
De las estrechas calles
De mustia gente
Os dejo por un tiempo
Me olvido de todo
Y de todos
Es tiempo de volar
En una avión de papel
bye bye my love
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