Ya llegó el verano

EXTRAÑO CALENDARIO
Hoy, por fin, con algo de retraso, ha llegado el verano a Santander. No es que este Náufrago estuviera haciendo rogativas a los dioses para que amaneciera de una vez, un día sin nubes, soleado, con las calores que por aquí pueden alcanzar los termómetros. Además, ya se sabe que estos aparatejos modernos son unos 'xageraos'.

Digo que ha llegado de verdad este tío, el estío. Muy de mañana apareció una bóveda azul, ni una nube viajera que turbara la luminosidad del cielo. La gente ha acudido a la playa muy de mañana, con sus sillas, sus sombrillas, sus esterillas, sus zapatillas, sus hamacas, sus cubos, sus palas y todo el kit veraniego que cada vez va añadiendo más objetos y cachivaches, perfectamente prescindibles. Pero ¿qué sería un veraneante sin tanto trebejo?

Me alegra que la gente pueda, por fin, disfrutar de eso que llaman un día de playa, que puedan salir de sus casas, de sus hoteles, sus 'roulottes' o de cualquier guarida donde han estado esperando a que, por fin, Sant Yago obsequiara a sus vecinos del norte un día de verano. Al Náufrago, como buen náufrago, le trae un poco al pairo que solee o que nublee, su vida no cambia gran cosa. Se baña, con nubes o sin ellas, sabe que no tiene que mirar el calendario para hacer las maletas y regresar al trabajo. Ventajas de ser náufrago.

Bienaventurado aquel que no tiene que mirar al cielo, ni al reloj, ni al calendario, ni a la agenda, para saber lo que 'debe' hacer. Un martes puede ser domingo, un domingo puede hacerlo jueves, o si lo prefiere, los lunes puede llamarlos viernes. Lo importante es poder nombrar como se quiera a los días de la semana, y dar nombre a los meses y hacer en cada hora aquello que le apetece.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
¡Que maravilla!

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