Bullying, Mobbing, Auctoritas, Potestas

  • Hablar de lo que no se sabe
A veces uno se mete en camisas de once varas y se pone a emitir juicios sobre algo que no conoce muy bien. ¿Pero qué español que se precie, no hace eso? Yo diría que es una de las ‘habilidades’ españolas más significativas: opinar sobre lo divino y lo inhumano sin tener un conocimiento suficiente. Asistan a cualquier tertulia ya sea radiofónica, de televisión o,simplemente, de bar. Todo el mundo ‘sabe todo’, ‘de todo’. Y lo peor es que muy pocos ponen el antecedente que se oye a veces en otros lares: ‘à mon avis...’, ‘d’après moi...’, ‘in my opinion...’ Aquí pontificamos, porque para eso somos los más sabios, con infalibilidad de serie.

Algo de eso ha pasado por mi cabeza cuando, siguiendo los consejos de don Antonio, me puse a “conversar con el hombre que siempre va conmigo”. Él y yo, me refiero a ése que siempre me acompaña, nos pusimos a pensar en eso que los modernos llaman “bullying”, pero que es más viejo que la pana. Me refiero a antes de que la pana se pusiera de moda, o sea, cuando los únicos que llevaban pantalones o chaqueta de pana, eran los pobres y los que trabajaban en el campo.
  • Del 'mobbing', 'bullying' y otras bullas
De bullying sabemos algo en este país, no hay más que ver que ese palabro tiene que ver ‘bull’ y por aquí anda mucho becerro suelto. Conocimos a uno, que era bajito, pero que tenía muy mala leche y ‘bullyngneó’ a este país durante cuarenta años. Y es que los ‘bullies’, o sea los becerros o matones suelen seres acomplejados, tienen miedo de los que les pueden hacer sombra, o simplemente no se someten a ciegas al poder en que se apoyan. Estos tiparracos necesitan sentirse ‘por encima’, porque no tienen un buen concepto de sí mismos para ejercer la autoridad.
  • Auctoritas y Potestas
Los romanos, o sea unos señores muy antiguos que tenían ‘el pecho de lata’, sabían muy bien lo que significaba la “Auctoritas”, que era diferente de la “Potestas”. (Estas cosas me pasan cuando me lío a hablar con ‘ése que siempre va conmigo’). Para tener ‘autoridad’ había que currárselo: “era la cualidad por la cual una persona se hacía merecedora del respecto de los que la rodeaban a través de la experiencia, y la realización plena y completa durante mucho tiempo de otras virtudes, como el respeto ( ‘pietas’) y la ‘industria’ o capacidad de trabajo”. La “Potestas”, el ejercicio del poder, porque te han puesto ahí, o has trepado y te viene un poco ancho lo de ejercer la ‘autoridad’ y te dedicas a joder al personal y a practicar el ‘ordeno y mando’, por mis atributos o atributillos.

El ‘bullista”, suele echar mano de modos que van desde el desdén, la imposición, el ninguneo, las voces, las miradas desdeñosas, los comportamientos rastreros que suelen ser coreados por los que ha logrado someter a sus dictados y colaboran en su juego de mil formas: callándose, riéndole las gracias, lamiendo, babeando y otras formas de villanía.
  • Cursiladas
Nuestra sociedad trepa está llena de ‘potestáticos’ y de muy pocos que se hayan ganado la ‘Autoridad’, es decir que la gente que trabaja y colabora con él no es porque tenga el poder, sino porque con su trabajo, sus conocimientos y su manera de actuar se ha ganado el respeto. Me dan ganas de ponerme cursi, y ya que tengo a mano un diccionario VOX que utilizaban mis hijos cuando estudiaban ‘letras’, leer que ‘auctor’ es un nombre derivado del verbo ‘augeo’, que significa acrecentar, crecer, aumentar, es decir que el que ejerce la autoridad deber estar en ‘auge’, haber crecido por dentro, haber acrecentado su acervo de trabajo, respeto y conocimientos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Vamos a ver. Si de lo que quieres hablar es de esos tíos que tratan de hacer la vida imposible en el trabajo y 'moverles' la silla para ver si se caen de una vez , o la dejan, dilo sin andarte con tantos rodeos.

Para explicar eso no hace falta emplear tanto latinajo. Se dice más directo:

Se trata de individuos acomplejaos, resentidos o con mala leche que tratan de hacer la vida imposible a alguno de sus subordinados para ver si estalla, se cansa,o se hunde y deja el trabajo.

Lo mejor en esos casos, aunque no es fácil, es tratar de no darle importancia, aunque te comas por dentro. Es lo que peor llevan esos tiparracos.

Pero por favor, no le des tantas vueltas.

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