Verano gris

SUSPENSIVOS Y SUSPENSOS

Ya está mi papá encabritándose. Como le deje, arremete contra todo lo que se mueva, es un decir.Yo, que soy una perrita, muchísimo más tranquila y sosegada que él, no me altero tanto cuando hay cosas, más bien congéneres o personas, que no me caen bien. Un par de ladridos para mostrar mi disgusto, y si nos vimos no me acuerdo.Una vez dejada sentada mi sensatez, debo decir que me fijo en los eventos consuetudinarios que me rodean.

Voy con un ejemplo. Esta mañana, durante nuestro paseo matutino, mientras comía unas hierbas par aliviar mi estómago, un poco empachado, me fijé también en lo que rodeaba. Y lo que observé era a una docena de adolescentes y sólo una adolescenta, que charlaban animadamente, seguramente de las aventuras de la última fiesta o de la movida del fin de semana. Por la animación que notaba, desde luego no estaban hablando ni de física, ni de matemáticas.

Les explico. Cerca de nuestra casa, enfrente del jardín donde yo me ‘yerbeo’, hay una academia que se llama Yalta, y no es porque estemos en Crimea, ni ahí se celebren ‘conferencias’ , ni acuerdos. A esa academia acuden chicos y chicas a los que junio o la Selectividad les jugó una mala pasada. Y ahí estaban ella y ellos, adolescentes de unos 16 ó 17 años, disfrutando del verano de los suspensos. Como yo siempre he aprobado todas mis asignaturas siento un poco de compasión por estos jóvenes que ven fastidiado su verano. Además sé, si los escucho, que la culpa es de los profes, ya se sabe. Que sus relaciones con los que les jo..... , bueno, ‘fastidiaron’ el verano no deben ser muy amistosas pude intuirlo. Mi olfato de perrita no me engaña.

Primero pasó delante de mí un señor de incipiente calva, tendría unos cuarenta y tantos años, con cara no demasiado risueña,carpeta debajo del brazo y un libro que ponía: “Análisis matemático”. Se encaminó hacia la entrada de la academia y al pasar delante de ellos apenas uno esbozó un gesto , no se sabe muy bien si de saludo displicente o una reacción pauloviana. Los demás mostraron la más solemne indiferencia. Miré a mi papá , para ver si ‘eso’ le recordaba algo y sonrió entre cómplice y aliviado.

Todo eso ocurría un poco antes de las 10 de la mañana. Como la academia no es muy grande, debe contar con tres o cuatro aulas en los bajos de un edificio, no suenan timbres que indiquen el comienzo de las clases. Apareció la bata blanca de una profesora , aproximadamente de la misma franja de edad del anteriormente mencionado, y con un gesto indicó que era la hora de volver a clase. La mayor parte del grupo respondió a la llamada del ‘destino’ y parsimoniosamente se dirigieron a la entrada. Quedaban tres que no se daban por aludidos. Les observé, porque soy muy observadora, y pensé que iban a hacer novillos, a pesar de que sus padres deben estar gastándose una pasta gansa por estas ‘clases extra’ de verano. Uno de ellos, de pantalón a media asta hizo ademán de seguir el rumbo de los anteriores y empezó a caminar. En ese momento, un muchacho gordito le silbó y debió indicarle que todavía no era ‘su’ hora. El silbado hizo caso a las órdenes del ‘jefe’ y prosiguieron charlando.

Al final, cuando el ‘jefe’ lo ordenó, con notable parsimonia se dirigieron hacia el aula. Eran los tres o cuatro minutos de rigor que los ‘importantes’ requieren para dar a entender a sus amiguetes y a los profes, que ellos tienen ‘su’ hora de entrada y no obedecen ni a timbres , ni a batas blancas. Miré a mi papá y noté que hacía sus propias reflexiones pero no quiso contármelas, aunque yo sé por dónde van los tiros. Le noté relajado.

No todos los veranos son de sol y playa, de viajes a la India, de cruceros o de rutas de montaña. Hay habitaciones de hospital, hay aulas estrechas, hay gente que vigila, hay obreros en los andamios, hay quien sufre un calvario y teme que sus días estén contados.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola... me ha hecho mucha gracia este artículo... jajajaja... en el instituto jamás me quedaron para Junio y cuándo fui a la Uni y alguna vez me quedaban para Septiembre me parecía horrible... no sabía cómo se puede estropear tanto un verano.

Lo malo de hacer la selectividad en Septiembre es que luego no puedes elegir carrera aunque saques buena nota. pero lo que yo quería decir es que en la casa de mi mami teníamos unos vecinos con mucho mucho dinero... jajaja y en Julio siempre se oía el mismo grito: "Naaaaaaaaaaacho, este verno otro millón de pesetas para que apruebes! que sepas que vas a ir al internado!

Y yo para mis adentros pensaba: A este ritmo le podían haber montado una franquicia.

Besotes Julio, de padre y muy señor mio.
Douce ha dicho que…
Ya sabía yo que eras un 'gatito' muy aplicado y que no necesitabas 'promesas' como las de Nacho de tu adinerado vecino.

Gracias por los besos a mi papá de parte de él y de mi parte.

Mi papá ha querido algunas veces dejar un 'quesito' en tu ratonera pero se ha negado a aceptarlo.

¿Sabes si te ha pasado con otros comentarios?

Que el verano se desarrolle los más parecido posible a tus deseos.

Un beso de 'ésos' de parte de los dos. Bueno, yo doy 'guauss' de perrita y muy señora mía.
Anónimo ha dicho que…
No no sabía que tu amo no había podido escribir, que raro, pero bueno, saber que te pasas de vez en cuándo me vale... y lo de nacho es buenísimo... jajaja

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