El libro del verano. Diálogo

By DOUCE

Esta mañana, después del paseo matutino, abrió el ordenador para revisar su correo. Curiosa como soy, le pregunté qué hacía. Él me dijo: “Estaba revisando mi correo”

- ¿Noticias interesantes?, pregunté, para seguir el rollo

- Bastante basura, algún correo amigo y éste que estaba leyendo cuando tú me interrumpiste.

- No sabía que yo ‘interrumpía’, perdona.

- Tienes razón, me he expresado mal: cuando tú te ‘interesaste' por lo que estaba haciendo. Estaba leyendo un correo que me invitaba a que votara por el ‘libro del verano’

- ¿Y eso es bueno o malo?

- Mira, Douce, cada día me haces preguntas más difíciles de contestar. No sé si esa es la clasificación que hay que hacer. En casi toda acción humana hay una parte buena y otra menos buena. Depende también de quién juzgue.

- Querido, otra vez enrollándote y saliendo por la tangente. Quiero saber, si a tu entender, lo ves más bien, bien, o más bien, mal. Simplifica, por favor, y te entenderé mejor.

- Ya que buscas más concreción, te diré lo que pensaba realmente. Me parece más bien mal que en esta sociedad nuestra para todo tenga que haber un ‘ranking’.

- ¿Te podrías expresar en castellano, plisss?

- Quiero decir que todo se clasifica. Hay clasificaciones deportivas y sólo se habla y vale el que llega el primero del Tour, el primer clasificado de la liga, el primero de la Fórmula 1, el disco más vendido... y así en todo. Del segundo ya no interesa, y no te digo del que ocupa el puesto 18, o el último del pelotón...

- ¡Corta! ¿Y eso qué tiene que ver con los libros?

- Pues que también hay que votar cuál es “el libro del verano”. En primer lugar entre una lista que vete tú a saber quién ha seleccionado. Segundo que el verdadero lector tiene sus gustos e intereses personales. En tercer lugar es convertir al libro en un mero objeto de mercado...

- ¡Para! ¿Y el que se vendan libros es malo?

- No, Douce, pero personalmente no me gustan demasiado los “bestsellers”.

- En cristiano, por favor.

- Pues la palabra ‘bestseller’, que es algo así como ‘el más vendido’, que no es precisamente el mejor, ni siquiera el más leído, sólo el más comprado. En todo caso sólo puede representar los gustos de un público manejado por la publicidad editorial que premia, publicita aquellos asuntos, ‘biografías’, gustos o morbo que está en el ambiente.

- ¿Sabes una cosa?

- ¿?

- Que este asunto no me interesa demasiado. Así que si te parece nos damos una vuelta y luego te hablo yo de algo más interesante que “el libro del verano”.

- ¿Y de qué se trata?

- Lo siento, el secreto de una fémina tiene como principal finalidad dejar intrigado al curioso de turno.

- Vale. Has ganado.

- Yo siempre gano, querido

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