Los problemas

Le encontré diciendo:

* - " Tengo una sensación de ligereza. Me siento diáfano..., pero mis problemas siguen ahí, esperándome. No están resueltos ¿No será que los estoy eludiendo temporalmente?

Y el 'maestro' le respondió :

- "Si estuvieras en el paraíso, seguro que tu mente no tardaría en decir: "Sí, pero..." En último término, no se trata de resolver tus problemas. Más bien se trata de que te des cuenta de que no hay problemas. Sólo hay situaciones, situaciones que han de ser afrontadas o que han de dejarse como están y aceptarse como parte de la "cualidad" de ese momento hasta que cambien o puedan tratarse de algún modo. La mente crea los problemas que necesitan tiempo para sobrevivir. No pueden sobrevivir en la realidad del ahora.

Centra tu atención en el ahora y dime qué problema tienes en este momento."

- Le miró, como preguntándome: "Y eso ¿cómo lo hago?"

- Pues haciéndolo ¿O todavía no te has enterado?
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Estas cosas tan elementales para las que hay que elaborar a veces tratados enteros, están incluídas, 'de serie', en las mismas palabras. Desde que al griego y al latín se les relegó a un rincón vergonzante del currículo para abrir paso a las 'nuevas tecnologías' o a las opciones variopintas que florecen en los actuales 'curricula', no nos enteramos de lo que de verdad significan las palabras.

Esta lección en la que el 'maestro' indica qué es eso a lo que llamamos 'problema' , está ya explicado en el propio término, desde hace varios miles de años, cuando los griegos buscaron un vocablo que se refiriera a aquello que creamos , antes de que suceda. Problema proviene de la acción del verbo griego "probállô": (arrojar (-bálô) y delante (pro). Vamos que es como el obstáculo que ponemos delante y que nos cierra el paso. Es como si en el camino de la vida 'lanzáramos':( bálô) o pusiéramos un tronco por donde vamos a pasar. Expertos que somos en eso de la 'balística'. Poner, con nuestro pensamiento, trabas a nuestro caminar.

- Quizá no haya quedado claro. Recurramos de nuevo al 'maestro':

" A la mente le encantan los problemas porque te dan cierta identidad. Es algo normal; y es una locura. "Tener un problema" significa dar vueltas mentalmente a una situación sin tener verdadera intención o posibilidad de hacer algo al respecto ahora."