Las decisiones del Gran Hermano
NUEVOS MINISTERIOS, VIEJOS MINISTROS
Que el señor Rodríguez Zapatero se siente ‘sobrao’, y el resultado de las elecciones ha aumentado su autoestima, parece ser cosa que salta a la vista, a juzgar por sus primeras decisiones al elegir sus ministros. Quizá sea él el primer sorprendido del resultado electoral y ver que su varita mágica de promesas y sueños ha cuajado en una sonriente primavera para él.
Nadie, ni él mismo, en su ‘iluminación', hubiera imaginado que con humo y una flexión de cintura política, los desafiantes Ibarretxes y Roviras vieran menguados sus apoyos y los pronosticadores que indicaban el camino de la disgregación y la deriva estuvieran ahora cuestionándose cuál es el camino para debelar y desvelar las artes del mago.
Las victorias hacen crecer el ‘ego’, dan seguridad y logran que los soñadores desafíen las más elementales leyes de la lógica. ¿Pero quién es capaz de hablar de lógica, cuando uno se siente iluminado por la ‘cardíaca’? Ahí están las apuestas de la vaciedad más sonora, los nuevos ministerios del país de los sueños, la igualdad, la fraternidad y el buen rollito. El Gran Hermano señala con el dedo a los ‘elegidos’ y desafía a la lógica a ras de suelo.
Nadie que no se llame ZP, con Z de Zuperman se habría atrevido a ‘ministerializar’ de nuevo a los dos personajes que Guillermo retrata certeramente en su actitud más desafiante. Estas decisiones se escapan a la roma inteligencia de los ‘no iluminados’ que pensaban - ¡Oh, cortos de miras! – que se tenían ganado a pulso el derecho al repudio y al anatema. Cosas veredes.
Que el señor Rodríguez Zapatero se siente ‘sobrao’, y el resultado de las elecciones ha aumentado su autoestima, parece ser cosa que salta a la vista, a juzgar por sus primeras decisiones al elegir sus ministros. Quizá sea él el primer sorprendido del resultado electoral y ver que su varita mágica de promesas y sueños ha cuajado en una sonriente primavera para él.Nadie, ni él mismo, en su ‘iluminación', hubiera imaginado que con humo y una flexión de cintura política, los desafiantes Ibarretxes y Roviras vieran menguados sus apoyos y los pronosticadores que indicaban el camino de la disgregación y la deriva estuvieran ahora cuestionándose cuál es el camino para debelar y desvelar las artes del mago.
Las victorias hacen crecer el ‘ego’, dan seguridad y logran que los soñadores desafíen las más elementales leyes de la lógica. ¿Pero quién es capaz de hablar de lógica, cuando uno se siente iluminado por la ‘cardíaca’? Ahí están las apuestas de la vaciedad más sonora, los nuevos ministerios del país de los sueños, la igualdad, la fraternidad y el buen rollito. El Gran Hermano señala con el dedo a los ‘elegidos’ y desafía a la lógica a ras de suelo.
Nadie que no se llame ZP, con Z de Zuperman se habría atrevido a ‘ministerializar’ de nuevo a los dos personajes que Guillermo retrata certeramente en su actitud más desafiante. Estas decisiones se escapan a la roma inteligencia de los ‘no iluminados’ que pensaban - ¡Oh, cortos de miras! – que se tenían ganado a pulso el derecho al repudio y al anatema. Cosas veredes.
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