Sueños y vigilias




- De pronto se despierta y mira el reloj. Son las cuatro y media. Demasiado pronto para esperar que la mañana se filtre por las rendijas de la persiana. Sabe que si quiere conciliar de nuevo el sueño lo menos indicado es proponérselo. El sueño es un señor caprichoso que acude cuando no se le espera impacientemente. Como tantas otras cosas que llegan por sí solas y huyen de las prisas o las imposiciones.

Trata de relajarse, que su mente recorra caminos diferentes, viajando desde el país de los recuerdos a la ruta de los cátaros que dejó señalada antes de acostarse.

Sigue sin que Morfeo le acoja en su seno.

- Enciende la luz, abre un libro que tiene en la mesita. Puede abrirse por cualquier página. Lee el epígrafe: 49. Basta
“Basta de navegar en el olvido. Basta de bendecirnos en la lluvia. Basta de no ser nadie. Basta de que el placer nos desconozca. Basta de convivir con la derrota.
Basta, carajo” *
...
- Termina de leer. Son las cinco y cuarto. Apaga la luz.

Cree que ya ha sorteado la testarudez del empeño. Quizá la radio con la insulsez de sus chorradas, le lleven de la mano hasta el país de los sueños. Oye una voz infantil. Un estudiante de 3º de ESO ha llamado a la emisora. La cosa va de camisetas con mensajes. Los ‘locutores’, sorprendidos de que un chico esté despierto a estas horas de la mañana, le preguntan la edad. El niño /adolescente confiesa su edad: 13 años.

Continúan las preguntas sobre el porqué de estar despierto a estas horas llamando por teléfono a la radio. “Me he levantado, estoy haciendo tiempo hasta que sea la hora de ir al colegio

-Pero qué colegio es ése, le preguntan.
- Soy de Llerena , Badajoz quería deciros lo que pone mi camiseta
- (¡?)
- “Bailo como el culo, pero follo que te cagas”
- Vale, majo. Hasta otro día. Y descansa
Los locutores siguen algo sorprendidos de sus oyentes. Pero siguen llamando a la emisora, todos con mensajes muy ‘sugerentes’: “No soy alcohólico. SOY UN BORRACHO. Los alcohólicos van a reuniones”.

- Sin saber cómo, el sueño va abriéndose paso entre asuntos tan trascendentes.

Podrían ser la seis y media.
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* Vivir adrede . Mario Benedetti

Comentarios

Campu ha dicho que…
Y no hay nada que recuerde con tanto cariño que la radio de madrugada...así, entre sueño y realidad, se abren paso las palabras y las melodiosas voces de algunos de sus protagonistas...
De otros, pues ya no tanto.

Un saludo desde la ciudad de cristal...
Felices sueños.
Anónimo ha dicho que…
Gracias por visitar esta isla desde esa ciudad donde nadie se siente forastero. Siempre resulta agradable que las personas que nos visitan puedan expresar aquello que sienten o recuerdan como placentero.

El Náufrago fue también seguidor nocturno de la radio, ahora sólo recurre a ella en períodos de insomnio. Hay algunos programas que sí valen la pena, además a esas horas la radio suena más cercana.

El programa que llevó al Náufrago de la mano, al sueño, no lo encontró tan íntimo.Pero en ese momento sólo buscaba algo que le liberara del empeño en dormirse.

Y el sueño, sin presiones, vino solo.

Que el fin de semana sirva para el disfrute y el relajo, Campurriana en tierras galaicas.

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