Rajoy o la soledad
LA SOLEDAD DEL 'DERROTADO'
La política, que no deja de ser una metáfora de la vida, no tiene clemencia con los perdedores y los machaca cuando los ve hundidos. El Náufrago, se sentía muy bien sin tener que tratar de entender lo que no es fácilmente entendible. No tenía intención de sumergirse de nuevo en ese marasmo del que sólo se sale con una sensación de cansancio y hastío ante la impotencia de comprender los extraños mecanismos que lo rigen. Si ha caído en la tentación de volver por unos instantes a ese turbio mundo, es por la secreta atracción que siente por los derrotados. Los de la vida, y algunas veces, pocas, por los derrotados políticos.
Leyendo hoy el periódico, una parte sólo, los columnistas, ha observado que casi todos, salvo alguna honrosa excepción, fijaban su mirada en un sólo nombre: Rajoy. Si por ventura nombraban al que se supone se presentaba para ser 'investido', no era más que para que su imagen de 'vencedor' hiciera más alargada la sombra del 'vencido'. Todos, de una manera o de otra, le señalaban con el dedo, con una imágenes u otras, dejando de lado a la persona que en estos momentos parece estar bastante solo. Solo, en su particular monte de los olivos, preguntándose: "Mariano, ¿ qué ingenuo impulso te ha llevado a no hacer caso a tu 'adiós' del 9 de marzo, obedeciendo quizá a los que hoy te insinúan que es mejor que te hubieras ido?"
Volvamos a los estilitas, subidos a la columna de su particular ego. Entre comprensiones, críticas y metáforas le están diciendo:
- " Mariano eres 'un fue y un es cansado'. Se diría que prefieres el sofá y la música del consenso. En unas horas has pasado del sofá al potro. Aquel tierno cazador de libélulas te ha tratado peor que a un átomo. Vas a ser su sparring favorito, en su saco de algodón" (Precioso, ¿verdad? Doloroso, también)
- Hay quien te recuerda el alter ego de Fellini en su 'Otto e mezzo', y te dice: 'Anselmi, te atormentas en la sala de proyecciones sobre la película que vas a hacer, pero que nunca harás, cada vez lo estás viendo más claro'. Y en esta marabunta de consejeros, asesores y augures, no faltará quien trata de azuzarte: "Te faltó una frase de tres letras: 'no me resigno' ".
- Llegarán otros que te recuerden lo que un día dijiste: ' Estaré más preparado en 2012 ‘, y te susurrará al oído: ' No brillarás más entonces que hoy, sólo estarás más viejo'. Y ya de paso le recuerda para más INRI, una verdad como la vida, como la política, su metáfora: "ZP vende más y mejor, endosa mulas ciegas, porque es un buen tratante. Te ha confundido con la carcundia y eso sólo se cura con el tiempo."
Y mientras espera que el tiempo haga sus efectos balsámicos, a Rajoy se le hace cada vez más fría su soledad, siente en su espalda el hielo de los cuchillos. En este momento es cuando el Náufrago piensa que el Registrador, irá desvaneciéndose a pesar de que argumente mejor, exprese con más claridad cuáles son los verdaderos males que nos acucian, pero quizá no sepa utilizar las armas que se utilizan en este mundo de ardides, apaños, palmadas en los hombros y navaja en los bolsillos.
En estos momentos quizá, sólo haya de verdad una persona que pueda comprender la soledad del 'derrotado'. Al Náufrago le viene a la pantalla donde se proyectan las imágenes del recuerdo, una foto que aún anda por aquí en la isla: una cabeza de mujer recostada en un hombro, escondiendo tras una triste sonrisa el sabor de la derrota.
La política, que no deja de ser una metáfora de la vida, no tiene clemencia con los perdedores y los machaca cuando los ve hundidos. El Náufrago, se sentía muy bien sin tener que tratar de entender lo que no es fácilmente entendible. No tenía intención de sumergirse de nuevo en ese marasmo del que sólo se sale con una sensación de cansancio y hastío ante la impotencia de comprender los extraños mecanismos que lo rigen. Si ha caído en la tentación de volver por unos instantes a ese turbio mundo, es por la secreta atracción que siente por los derrotados. Los de la vida, y algunas veces, pocas, por los derrotados políticos.Leyendo hoy el periódico, una parte sólo, los columnistas, ha observado que casi todos, salvo alguna honrosa excepción, fijaban su mirada en un sólo nombre: Rajoy. Si por ventura nombraban al que se supone se presentaba para ser 'investido', no era más que para que su imagen de 'vencedor' hiciera más alargada la sombra del 'vencido'. Todos, de una manera o de otra, le señalaban con el dedo, con una imágenes u otras, dejando de lado a la persona que en estos momentos parece estar bastante solo. Solo, en su particular monte de los olivos, preguntándose: "Mariano, ¿ qué ingenuo impulso te ha llevado a no hacer caso a tu 'adiós' del 9 de marzo, obedeciendo quizá a los que hoy te insinúan que es mejor que te hubieras ido?"
Volvamos a los estilitas, subidos a la columna de su particular ego. Entre comprensiones, críticas y metáforas le están diciendo:
- " Mariano eres 'un fue y un es cansado'. Se diría que prefieres el sofá y la música del consenso. En unas horas has pasado del sofá al potro. Aquel tierno cazador de libélulas te ha tratado peor que a un átomo. Vas a ser su sparring favorito, en su saco de algodón" (Precioso, ¿verdad? Doloroso, también)
- Hay quien te recuerda el alter ego de Fellini en su 'Otto e mezzo', y te dice: 'Anselmi, te atormentas en la sala de proyecciones sobre la película que vas a hacer, pero que nunca harás, cada vez lo estás viendo más claro'. Y en esta marabunta de consejeros, asesores y augures, no faltará quien trata de azuzarte: "Te faltó una frase de tres letras: 'no me resigno' ".
- Llegarán otros que te recuerden lo que un día dijiste: ' Estaré más preparado en 2012 ‘, y te susurrará al oído: ' No brillarás más entonces que hoy, sólo estarás más viejo'. Y ya de paso le recuerda para más INRI, una verdad como la vida, como la política, su metáfora: "ZP vende más y mejor, endosa mulas ciegas, porque es un buen tratante. Te ha confundido con la carcundia y eso sólo se cura con el tiempo."
Y mientras espera que el tiempo haga sus efectos balsámicos, a Rajoy se le hace cada vez más fría su soledad, siente en su espalda el hielo de los cuchillos. En este momento es cuando el Náufrago piensa que el Registrador, irá desvaneciéndose a pesar de que argumente mejor, exprese con más claridad cuáles son los verdaderos males que nos acucian, pero quizá no sepa utilizar las armas que se utilizan en este mundo de ardides, apaños, palmadas en los hombros y navaja en los bolsillos.
En estos momentos quizá, sólo haya de verdad una persona que pueda comprender la soledad del 'derrotado'. Al Náufrago le viene a la pantalla donde se proyectan las imágenes del recuerdo, una foto que aún anda por aquí en la isla: una cabeza de mujer recostada en un hombro, escondiendo tras una triste sonrisa el sabor de la derrota.
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