Del ‘arte’ de preguntar y la displicencia en responder

DE LA SOMBRA DEL VIENTO AL JUEGO DE UN ÁNGEL

Entre las anotaciones de mi ‘crónica dominguera’ no había apuntado la entrevista a Carlos Luis Zafón escritor de éxito, en “Desayuno de domingo con…”. La verdad es que el novelista que da a la luz pública el próximo jueves “El juego del ángel”, debe de ser un tanto ‘especial’ a la hora de escribir porque ha tenido a su editor siete años esperando desde su parto anterior “La sombra del viento”. Lo cierto es que, de repente, aparece en todos los medios con avances de su obra, entrevistas, artículos sobre el largo período de gestación de su última criatura.

El Náufrago confiesa su escasa información sobre el autor y su obra hasta este bombardeo mediático de los últimos días. Ha leído dos entrevistas y un artículo suyo en el que da cuenta de la génesis de esta segunda parte de una posible tetralogía. Talento y oficio parecen no faltarle, pero sí se percibe cierta ‘suficiencia’ a la hora de responder a sus entrevistadores. Quizá en la entrevista a la que hace alusión más arriba, la culpa de la displicencia en sus respuestas no respondan a una cierta ‘zafiedad’ de Zafón, sino a la impertinencia de quien le preguntaba e insistía en cuestiones que el autor ya había olvidado. Se refería a su paso por las agencias de publicidad 20 años atrás. En un momento determinado el entrevistador que percibe cierta incomodidad en el entrevistado, trata de cerciorarse y pregunta:

- "¿Qué le gustaría estar haciendo ahora en lugar de esta entrevista?" y, disimulando su descontento espeta a su interlocutor un

- "Lo que más me gusta es hacer entrevistas como ésta". El entrevistador se mete aún más en la boca del lobo, perdón del dragón.

- "Lo suyo son los dragones…" (Silencio) "Lo decía por sus llamativas camisas de dragones ¿cuestión de estética o de ética?"

- "Ética. Acérquese un poco y le pegaré un zarpazo." Se diría que era una metáfora de lo que le estaba pidiendo el cuerpo. Y ya para hacer honor al título de la sección: “Desayuno de domingo con…” Surge la última pregunta

- "La del millón ¿Qué desayuna los domingos?"

- No me diga que le dan un millón por hacerme esta pregunta. Desayuno con menú variado y preferentemente sentado.

El arte de preguntar o cómo tocar las pelotas a Zafón.
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Foto: XLSEMANAL

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Bueno, yo creo que las preguntas que le hacían eran tan tontas y estupidas que no me extraña que ruiz zafón se las tomase a cachondeo. Yo creo que si algo demuestra es paciencia y sentido del humor.

Marta
Anónimo ha dicho que…
A veces hay entrevistadores que deberían informarse mejor a la hora de abordar al entrevistado, si no quieren hacer el ridículo y de paso incomodar a su interlocutor.

Un saludo

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