Nostalgias 'fotonovela'
Cuando el Náufrago se vuelve pura sensación puede resultar tierno hasta la ridiculez. Que a su edad se ponga a sentir como un adolescente, es cosa que debería ser cosa o causa de psicólogo o de psicoterapeuta, aunque creo que prefiere lo primero.
Las cosas han ocurrido de la siguiente manera. El Náufrago encendió la tele mientras daba cuenta de unos bocartes, compartidos con Douce su becaria. Coincidió que el programa que aparecía en la pantalla y que nunca había visto, se titulaba, creo, “Yo estuve allí”. En el momento de la conexión la presentadora, no sé qué edad tendrá, se trasladaba a 1984, e invitaba a los que sí habían estado ‘allí’, con sus pantaloncitos azules y su blanca camiseta blanca en los Juegos Olímpicos “Los Ángeles 1984”.
Aparecían en el plató los Corbalán, los Itirruriaga, los De la Cruz, los Romay, los Llorente… Más calvos, la barba más canosa, con más gafas, aquellos que otrora había tenido algo más de pelo, la barba negra, y menos cansada la vista. Retroceder veinticuatro años y ver aquellos veinteañeros rondando los 50 y sintiéndose tan ‘amigos’, era toda una delicia. Mientras en la pantalla se repetían los ‘tapones’ de Romay, las astucias de Corbalán , la eficacia de De la Cruz , la habilidad de Llorente o el saber hacer de Iturriaga, era un placer , sin concesiones a ninguna nostalgia, verlos ‘vivos’ reviviendo viejos/jóvenes años.
Humor del bueno, chistes, alusiones, sonaban a fresco y es que los jugadores de baloncesto, no se sabe muy bien el porqué, dan, en general, mil lecciones, a los que le dan patadas al balón y con frecuencia a la sintaxis.
Como regalo de la casa la joven presentadora les invitó a escuchar una canción de ‘su AÑO’. Un ‘señor’ que también debe encontrarse en la banda de los 50, abrigo, bufanda y sombrero dejó que el acordeón sonara subrayando las notas de un aire que al Náufrago le sonaba a conocido. Y empezó a cantar:
Al terminar la canción se despojó de su abrigo, su bufanda y su sombrero y apareció Iván, padre de dos hijos, promocionando a Natalia Ramos, su hija. (Chikilicuatre, toma nota. Nadie sabrá de ti no dentro de veinte años, pasado mañana. No has participado aún y ya estás olvidado.Pero qué importa, ¿Verdad?)
Sin saber muy bien por qué el Náufrago empezó a sentir un extraño y conocido hormigueo, y empezó a entibiársele el corazón y dejó que sonara una y otra vez la canción .Para andar por la vida, no se puede ser tan blando. Tipos así, seguro que pasan momentos jodidos en la vida.
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Las cosas han ocurrido de la siguiente manera. El Náufrago encendió la tele mientras daba cuenta de unos bocartes, compartidos con Douce su becaria. Coincidió que el programa que aparecía en la pantalla y que nunca había visto, se titulaba, creo, “Yo estuve allí”. En el momento de la conexión la presentadora, no sé qué edad tendrá, se trasladaba a 1984, e invitaba a los que sí habían estado ‘allí’, con sus pantaloncitos azules y su blanca camiseta blanca en los Juegos Olímpicos “Los Ángeles 1984”.
Aparecían en el plató los Corbalán, los Itirruriaga, los De la Cruz, los Romay, los Llorente… Más calvos, la barba más canosa, con más gafas, aquellos que otrora había tenido algo más de pelo, la barba negra, y menos cansada la vista. Retroceder veinticuatro años y ver aquellos veinteañeros rondando los 50 y sintiéndose tan ‘amigos’, era toda una delicia. Mientras en la pantalla se repetían los ‘tapones’ de Romay, las astucias de Corbalán , la eficacia de De la Cruz , la habilidad de Llorente o el saber hacer de Iturriaga, era un placer , sin concesiones a ninguna nostalgia, verlos ‘vivos’ reviviendo viejos/jóvenes años.
Humor del bueno, chistes, alusiones, sonaban a fresco y es que los jugadores de baloncesto, no se sabe muy bien el porqué, dan, en general, mil lecciones, a los que le dan patadas al balón y con frecuencia a la sintaxis.
Como regalo de la casa la joven presentadora les invitó a escuchar una canción de ‘su AÑO’. Un ‘señor’ que también debe encontrarse en la banda de los 50, abrigo, bufanda y sombrero dejó que el acordeón sonara subrayando las notas de un aire que al Náufrago le sonaba a conocido. Y empezó a cantar:
Tú para mí eres la estrella
un corazón a todo color
nuestra vida como una dulce mentira
cuentos tiernos, inventos que inventas tú.
Vuela con tu fotonovela
vuela mujer fotonovela.
Al terminar la canción se despojó de su abrigo, su bufanda y su sombrero y apareció Iván, padre de dos hijos, promocionando a Natalia Ramos, su hija. (Chikilicuatre, toma nota. Nadie sabrá de ti no dentro de veinte años, pasado mañana. No has participado aún y ya estás olvidado.Pero qué importa, ¿Verdad?)
Sin saber muy bien por qué el Náufrago empezó a sentir un extraño y conocido hormigueo, y empezó a entibiársele el corazón y dejó que sonara una y otra vez la canción .Para andar por la vida, no se puede ser tan blando. Tipos así, seguro que pasan momentos jodidos en la vida.
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- (Releída esta entrada, en frío, el Náufrago siente vergüenza de haberla escrito, pero tendrá que aguantarse, y la próxima vez no escribirá tan en caliente)
Comentarios
Comparar a uno y a otro es como compararte a ti con un escritor de verdad: Mismo deporte en otra liga.
Arriba Fotonovela y arriba Chiqui-chiqui!!