Personajes salmantinos

Una breve estancia en Salamanca. Dos días , mejor, día y medio, pueden dar para mucha cosas, una de ellas darse un paseo tranquilo por sus calles, sus cafés, sus patios o sus plazas y revivir parte de su rica historia fotografiando algunos de los personajes que han formado o forman parte de ella.

Cuna o albergue de toreros, maestros, músicos, 'celestinas', lazarillos y escritores, recoger el recuerdo con que la ciudad ha querido fijarlos en piedra o en bronce, es al mismo tiempo hacer un recorrido por los siglos, por los saberes,o por los más variados campos de las artes y las letras...

En este breve y apresurado recorrido no he podido recoger todas las estatuas , bustos o esculturas que esta Roma chica alberga. Los que ha captado mi cámara van desde los que han lidiado las nobles reses que pastan por estas dehesas, el gesto serio, casi adusto de "El Viti", la elegancia de Julio Robles o la alegría de Pedro Moya, 'El Niño de la Capea', pasando por ilustres profesores de esta antiquísima Universidad , como el atormentado y paradójico Unamuno, el horaciano y perseguido Fray Luis o la ceguera ilumninada del Maestro Salinas que serena el alma cuando hace sonar su música.

Salamanca fue cuna de Lázaro de Tormes, nacido en la aceña donde su padre hacía la molienda. Aquí recibió la primer lección impartida por aquel astuto ciego, su amo, que estampó su curiosa cabeza contra la piedra del verraco que se halla a la entrada de 'la puente'. Así aprendió él la dura asigantura de la vida, mientras otros más afortunados aprendían en los bancos de aquel "Estudio,ayuntamiento de maestros et de escolares". Aquí también vivía la vieja Celestina astuta alcahueta que jugando sus artes haría que Calixto y la hermosa Melibea pudieran verse tras aquel primer encuentro en este 'huerto', jardín botánico actualmente y que rememora en piedra y bronce sus clandestinos amores.

Aquí, 'entre visillos', decribió Carmen Martín Gaite el ambiente agobiante de aquella sociedad de la postquerra, y Torrente Ballester dictó sus clases en el viejo Instituto del Fray Luis y animó las tertulias del Novelty, donde cada día recibe nuevos y variados contertulios que le acompañan , sentado en este sillón de la peculiar cafetería.

Todos estos personajes y más , y los que en riadas llegan cada día , cada semana a invadir sus calles , sus terrazas, hacen de esta ciudad una villa peculiar, con un sello propio, joven y centenaria a la vez, seria y frívola, piadosa y descreída, pueblerina y cosmopolita...