La playa, un micromundo

- "¡Alto ahí!", le he dicho a mi papá nada más verle escribir ese título tan cursi. Antes de empezar a escribir ridiculeces , cuéntame qué has visto hoy en la playa, ya que has tenido el morro de no llevarme."

Después de haberme tenido toda la mañana en casa, llegar, comprar el pan y darme un paseo de aliño, creo que tengo derecho a saber la primera lo que ha visto y hecho. Y además, yo puedo contarlo con un tono más veraniego y fresco, porque cuando él se pone solemne no hay quien la aguante. Bueno, yo. Así que le rogué que me explicara qué es eso de 'micromundo', que fuera al grano y se dejara de filosofías o sociologías baratas.

Primero se disculpó, una vez más, de no haberme llevado, porque en estas tierras en cuanto sale un poco el sol la gente se echa a la playa cual poseídos. Eso, para explicarme por qué no había podido llevarme. Después, muy suavemente, me ha tirado una puntada diciéndome que cuando yo no estoy tiene más tiempo de observar lo que ocurre en su alrrededor. Ahí, hice como que no me había enterado, por si se enfadaba conmigo y no soltaba prenda. Así que le dejé que siguiera.

-"Mira, me dijo muy serio, en esta cala nuestra donde cabe muy poquita gente , se puede encontrar un mundo en pequeño". Me contó , por ejemplo, que al bajar se encontró con ese grupo de 'bongo, palmas y ritmo' que hoy se había trasladado abajo por eso de los calores. Entre el grupo se dio cuenta que había un muchacho de unos veintialgún años que había sido alumno suyo. Un chico, me dijo, muy peculiar, buen estudiante, abierto - a veces demasiado - que trataba de seguir el ritmo de las palmas , con sus piernas y su cuerpo. Al lado de las chicas, y un negrito de pelo ensortijado que sienten más el ritmo, su amigo se mostraba más bien torpe. Porque ocurrente, despierto, curioso y trabajador es, pero parece ser que el baile y el ritmo no es lo suyo. Habló con él un par de minutos, para no interrumpir el taller de 'Percursión, bongo y ritmo', se despidió y buscó un sitio entre las rocas.

Parece ser que el mar estaba hoy bastante revuelto y había olas de al menos un par de metros. La gente, poca, aprovechaba períodos de calma para remojarse un poco. Entre los 'atrevidos' había dos señores mayores , nos chavales de unos 16 años y él claro, que hoy no usaba las gafas de ver los fondos y esquivaba las olas poniéndose de perfil que ya es como no oponer obstáculo ninguno. No obstante sufrió un buen revolcón y disimuló la caída como pudo. Salió pronto porque la cosa no estaba para demasiadas bromas y él es más bien precavido. Desde las rocas pudo observar que cuando uno de los señores mayores salía, una ola le dio un buen batacazo y sus cerca de 80 años no le permitían levantarse tan fácilmente, se acercó otro señor y entre él y la que debía ser su señora, le ayudaron a ponerse en pie.

- "Bueno, -le dije- ¿y a esto le llamas tú del 'microcosmos' o cómo se diga?"

Total que tuvo que hablar de otros cosmos micros. Por ejemplo me contó, que entre los 'muchos niños' que hoy había en la playa - seguro que no pasaban de 10 ó 12, es sólo para decirme indirectamente que 'niños y yo' somos incompatibles para las mamás- había dos niñas un tanto repipis que mientras su mamá leía a Alberto Moravia ellas, con sendos redeños, trataban de atrapar algún cangrejo. Intentos vanos por cierto, porque al parecer aparte de los redeños completamente nuevos, sus nociones pesqueras debías ser nulas y querían atraparlos en seco, mientras los cangrejos se ocultaban a toda pata entre las rocas.

- "En mi vida he cogido un cangrejo" decía una de ellas , no sé si Blanca o Ana, como entre sí se llamaban y anunciaban sus hallazgos.

- "He visto uno bastante grande entre esas algas, te lo juro, Blanca" Pero resulta que era uno... pero muerto. Difunto y todo se lo enseñó orgullosa a su madre que dejó por el momento a Moravia a un lado y sonrió orgullosa a su hija.

Yo pensé para mí mientras me contaba eso, que estos niños y niñas de ahora cada vez están más lejos de lo que es la vida de verdad. Y cuando la ven se sorprendan que haya seres tan vivos como ellas de necesidades mínimas pero vitales, seres que se ganan la vida diariamente en un batirse que ellas desconocen, que deben cazar sin ser cazados, que están constantante tratando de sobrevivir. A ellas en cambio les llevan a la playa, les ponen crema que cuide su piel, les compran redeños a cambio de un poco de paz, después las secan , las visten...

Ya iba yo comprendiendo un poco lo del microcosmos cuando me habló de uno de los niños que conocí el otro día cuando me bajó porque estaba 'nublado'. Era el niño de la pistola de agua modelo 'Guerra de las Galaxias'. Me dijo que estaba él,o sea mi papá, leyendo el periódico, cuando oyó voces que no entendió bien pero que sonaban a sonora regañina. Resulta que el rubito que para mí, tiene pinta de niño consentido, había puesto perdida a su progenitora. Los paletazos de tierra húmeda se veían esparcidos por todo el costado de la mamá.Ella le seguía amenazando mientras se dirigía a la orilla, beldades al aire, para quitarse los pegotes de barro con que su retoño había orlado su espalda y su cintura.

- "¿Y esto es tu micro...éso? - le dije- pues la verdad es que micro es, pero de cosmos tiene poco". Para disculparse me dijo que había observado más cosas pero que no quería hacerse largo y que eran notas de menos importancia 'sociológica'.

Aún tuvo la ironía de decírmelo.DOUCE

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Confío en que "las vistas", en la arena, hayan contribuído a paliar los efectos del revolcón.......con las olas.

¿Alguno de los dos podría explicarme qué es un redeño?. Confieso mi ignorancia mesetaria.
Anónimo ha dicho que…
Pues mira, por aquí llaman redeño -a no confundir con 'redaño'- a una pequeña redecilla enmarcada en un aro y sujeta mediante un palo.

Este redeño o retel que a lo mejor te suena más, se sumerge en el agua o en los pequeños pozos que se forman entre las rocas, para pescar quisquillas, cangrejos u otros crustaceos.

Estoy viendo que además de cronista veraniega voy a tener que cobrar por mis clases de "Técnicas de pesca", yo que más bien soy 'cazadora'.
Anónimo ha dicho que…
Muchas gracias, "DIANA".

Ha sido instructiva tu clase (ya me dirás qué te debo) y me ha hecho recordar alguna jornada "redañera", en heladoras aguas gallegas de La Guardia, con mejores resultados que los de las nenas de vuestra playa.
Douce ha dicho que…
:-) No caía en lo de 'Diana... cazadora' , pero al final, caí. A veces yo también soy un poco lenta... Debe de ser que a estas horas ya no estoy para pensar , sino para dormir.

Por cierto que por mis clases yo cobro en 'besos', no 'pesos'.
Escritor en el Tejado ha dicho que…
Entre los numerosos cursos, cursillos y cursiladas que se organizan para los niños en verano o durante el curso alguien debería incluir uno sobre trepar a los árboles, cazar lagartijas, pescar cangrejos o criar gusanos de seda.

Propongo a D. Julio y a DOUCE como profesores de dicho curso.

¡Qué tiempos!
Douce ha dicho que…
"O tempora! O mores!" que dijo el del 'garbanzo'...

A estos pobres niños y niñas de ahora les estamos dejando sin infancia. No deben averiguar ,arriesgar , aprender nada. Se lo damos todo hecho en objetos de plástico, en videojuegos , móviles y demás artefactos.

Hacemos consumistas en lugar de enseñarles a hacerse un patín con cojinetes usados y unas tablas, fabricar tirachinas con horcas de árbol, hacer de chapas de cerveza , equipos de fútbol, o ciclistas...No han salido a coger lagartijas, ni subirse a un árbol a ver algún nido... "¿Un trillo? ¿Y eso q' é?" 'Nada, hijo, algo que no conocerás, no sé si importa'

Hemos hecho niños artificiales.

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