Cabo Mayor, un paseo por los alrededores del faro

"Crónicas veraniegas", by Douce

Hoy sábado el termómetro marcaba 28º. Esa temperatura en Santander indica que es un día de playa. O sea que dije para mí: " Douce, te quedaste sin playa". En éstas estaba, haciéndome a la idea de quedarme en casa, cuando mi papá con tono conciliador me dijo:

- "Vamos a ver, Douce. Te voy a proponer un trato". Hummm... me puse en lo peor , sin duda se trataba de ver cómo me presentaba la píldora. Pero no, estaba equivocada...

- "He pensado en un plan para esta mañana que creo que nos conviene a los dos. Daremos un paseo por los alrededores del faro, busco una sombra para el coche de forma que no pases calor , y mientras yo bajo a la playa a darme un 'cole' (baño) tu me esperas en el coche. No tardaré nada, te lo prometo."

Yo asentí, qué remedio me quedaba. Entre quedar recluída en casa y poder dar un paseo la elección estaba clarísima. Así qué, allá que nos fuimos los dos . Anduvimos por los alrededores de esa atalaya del faro y mientras él sacaba algunos fotos del faro y de la obra que están haciendo para albergar el futuro "Museo de los faros", yo pude oler a mis anchas, subir , bajar , tomar senderos que no debía tomar porque bordean los acantilados.

Me contó que la idea de ese Museo parece ser responde a una vieja ilusión del pintor Eduardo Sanz, un verdadero apasionado del estos vígías de día y de noche. El museo albergará más de 200 cuadros del pintor santanderino. Durante más de veinte años ha coleccionado obras pictóricas propias y de otros artistas, objetos, carteles, tarjetas y dibujos, piezas e ilustraciones, sacapuntas, recortables o latas de conserva... En su colección no solamente hay cuadros de faros de Cantabria, sino también de Huelva, Tenerife, Fuerteventura, Francia... También ha pedido o comprado obras de otros pintores sobre el mismo tema: Úrculo, Alfredo Alcaín, Guillermo Pérez Villalta, Eduardo Arroyo, Ricardo Toja, Dis Berlín, Joaquín Peinado, El Roto, o Sergio Sanz Villar, su hijo. El museo estaba previsto que estaría abierto este verano, pero como siempre ocurre, no tiene pinta de estar pronto acabado.

Así transcurrió el paseo, bordeando los acantilados , con advertencias de mi papá de que tuviera cuidado. Yo me metí en una especie de cabaña oliendo los restos que habían dejado entre bolsas de plástico y botellones de coca-cola, los 'okupantes' de la noche pasada. Curiosa, le pregunté a mi papá qué era aquella 'cabaña'. Sin entrar en profundidades, porque parece ser que es un tema que le produce un profundo malestar, me dijo que se llamaba 'casamata', cosas que se habían hecho hace bastantes años, cuando la gente de este país se dividió en dos bandos y en aquellos lugares además de instalar piezas para matarse unos a otros obcecados, con odio dentro, aquellas rocas habían servido para que unos y otros se arrojaran al mar porque se consideraban enemigos.

Se puso muy serio cuando me explicó eso, que yo no entendía muy bien. En mi cerebro canino no caben esas crueldades y no consigo hacerme una ideade cómo se puede perder la razón hasta esos extremos. Hizo alusión de paso, como de puntillas para no entristecerme más, que 70 años después de todo aquello que habíamos querido enterrar y olvidar para siempre, hay algunos que quieren 'ZaPear' en eso que llaman 'memoria histórica' y no es más que una solemne insensatez por no darle otros nombres más crueles.

Yo quise quitarle importancia y empecé a bajar por los senderos para que me siguiera y ahuyentara esos tristes pensamientos. Luego buscó un sitio a la sombra para el coche, me dejó la ventanilla entreabierta y en un pis pás bajó, se bañó, subió, me dió agua para beber y regresamos para casa.
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Faros de Cantabria
Faros de mundo: Cantabria

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