Al ritmo de "Jazz ".

UNA VISITA INESPERADA (by Douce)

Yo creo que aunque sea una perrita tengo derecho a las mínimas atenciones que la buena educación aconseja. Creo que estos jóvenes de hoy , acostumbrados a tener todo a mano y de inmediato al grito de: 'ordeno y mando', se han olvidado -si algún día lo aprendieron - de las elementales normas de cortesía.

Lo digo porque hoy, sin previo aviso, Teresa se ha presentado en casa con una perruca de dos meses. Jazz se llama. La verdad, el que no me haya avisado no me ha sentado nada bien. De haberlo sabido me hubiera preparado psicológicamente ¿o es que a ella le parecería bien que de repente yo me presentara con una chica conocida mía y la metiera en su habitación diciendo simplemente: "Tere, te presento a mi amiga Maryvals"? Porque hay que ver que el nombrecito de Jazz , se las trae.

A lo que iba, no me ha parecido nada bien que no me avisara porque me hubiera preparado. Así, por ejemplo, me cogió en plena faena poniéndome mi "Frontline Combó' para las pulgas.Y tuve que salir a recibirla casi con mi pipeta puesta. Esta Jazz ,o como se llame, no tiene por qué saber si a mí este año las pulgas me han atacado más de lo normal. Además, ésta también es 'mi' casa y tengo derecho a que me pregunten si deseo o no recibir visitas. Y claro, como es más pequeña, bastante monilla y huésped, todo son atenciones para la visita y a mí, que me zurzan. Por eso me contenté con un simple saludo , como los que hacen los políticos , bueno, no todos, porque algunos ni se levantan, y me fui a mis asuntos. Mis asuntos en estos días de calor, es buscar el sitio más freco de la casa.

Luego quisieron que bajáramos al jardín y tuve que bajar. Como es una cría de dos meses no hacía más que provocarme. Accedí y correteamos un poco por la hierba, pero la tonta de ella no sabe todavía distinguir entre una pelota, un juguete y 'mi' rabo y me dio un mordisco en el mismísimo rabo y ahí ya me cabreé y le deje claro: 'Toíto te lo consiento , menos tocarlo a mi rabo'.¡Hasta ahí podíamos llegar bailando el jazz, no te digo!

Así pasamos un rato más o menos pacífico y de nuevo subimos a casa. Como ella no había traído sus juguetes le dejaron parte de los míos (podían haberme pedido permiso por lo menos, pero nada, volvemos a lo de la educación juvenil). Total que jugó un poco y enseguida se quedó dormida. "Es que es muy pequeña", me decían. " ¿Y a mi qué me importa?, pensé para mí. Que haga lo que quiera.Ha bebido de mi agua, ha usado mis juguetes, me ha mordido el rabo... Así dormida estará mejor". Estuve a punto de ponerle una música de jazz a tope , pero luego reflexioné y me dije: "Douce , está bien que sientas invadido tu territorio por una desconocida, que hayas pasado a un segundo plano, pero tú no tienes tan mala leche como para fastidiarle la siesta a Jazz". Así que me fui a mi rincón veraniego y dejé que durmiera.

Luego vinieron a buscarla y las aguas volvieron a su cauce. De todos modos me alegro que haya venido a conocerme. Pero en esta casa , los muchachos debían aprender un poco las normas de educación humano-caninas. Pienso decírselo.

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