Don UNO y el OTRO

DIÁLOGO UN POCO DISPARATADO

¡Mírate bien!
- ¿Quién, yo?
- Sí, tú. Contigo hablo, no te hagas el longui.
- Perdona, creí que hablabas con otro. Dime.
- En realidad no tengo nada importante que decirte. Bueno, puede ser importante o no, según lo mires.
- ¿ Y qué es ello, si puede saberse?
- Pues mira, guapo, algo muy sencillo y muy difícil si tú te emperras
- Tu dirás
- ¿No tienes la impresión de que te miras demasiado al ombligo?
- (Mirándose al ombligo) ¿Cuál?¿ Éste, dices?
- Sí ése, bueno ése exactamente no. El ombligo que tienes dentro, en tu coco, al que no haces más que darle vueltas.
- ¿Y tú , cómo lo sabes? Eres brujo, adivino, vidente, psicoterapeuta, o cualquiera de esos otros mensajeros de más allá que p'acá?
- ¡Vaya, graciosillo!
- A veces. Cuando encuentro alguien ocurrente como tú.
- ¿Me encuentras divertido?
- Un poco chusco, sí. Un tipo curioso.
- Me pregunto por qué te has dirigido a mí si no me conoces.
- Ya ves, te he observado un poco. Me has parecido digno de estudio y por eso me he decidido a perder unos minutos contigo.
- ¿Tanto tiempo tienes para perderlo conmigo?
- Como decía aquél de voz grave, no me acuerdo cómo se llamaba. " Tengo todo el tiempo del mundo"
- Vaya, eres rico. En tiempo, digo.
- Si tú lo dices...
- ¿Y por qué crees que me miro el ombligo, me como el coco, soy un tipo curioso?
- Por eso mismo, porque pierdes mucho tiempo cuando podías emplearlo... No sé, por ejemplo en vivir. No te queda tanto tiempo por delante.
- Para dar consejos, no te veo demasiado 'optimista'.
- Yo no trato de ser ni optimista, ni pesimista, son dos maneras poco 'realistas' de ver el mundo. Y yo trato de ser realista. Si quieres, escépticamente realista.Tienes de momento este día, no tienes males graves , a pesar de tus averías, puedes hacer mil cosas: dormir, pasear, cocinar, irte a la playa si te place, comer, beber -moderada o inmoderadamente-, leer un rato, escribir si te apetece, mirar esas florecillas amarillas o las dalias que tanto te gustan...
- Alto ahí, ¿Por qué sabes tú que me gustan las dalias?
- Ya te he dicho que sé más de ti de lo que te imaginas. Hasta sé que las dalias te recuerdan algún verano de tu infancia, pero no llegas a situar exactamente hasta dónde te remiten esas flores y te tiene intrigado.
- El que empiezas a intrigarme eres tú. No te conozco de nada y tú conoces hasta mis propias dudas...
- No importa lo que yo sepa de ti, sino lo que no conoces tú de ti mismo. Te centras demasiado en una o dos ideas y no sabes todo lo que podrías descubrir dentro si ampliaras un poco el mapa de tus pensamientos.
- Me estás intrigando. Me gustaría seguir hablando contigo, porque me ha parecido que sabes más cosas de mi, que yo mismo. Ese detalle de las dalias me ha sorprendido. Podríamos seguir charlando en otro momento.
- Cuando tu quieras. Pero, recuerda, si quieres aprender algo con nuestras charlas, olvídate de tu ombligo, y verás mejor el mundo.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Great site loved it alot, will come back and visit again.
»

Entradas populares