El búho no habla, ¡pero se fija...!

La verdad es que no sé si voy a hablar del búho, del logotipo de la UIMP (Universidad Internacional Menéndez y Pelayo) o de la manía que tenemos en este país de empezar siempre de cero. Y a lo mejor, aunque las tres cosas parece que no tienen nada que ver, hablo de las tres al mismo tiempo. Para resumir , y aquí podía terminar mi escrito y les ahorraría tiempo - aunque también pueden ahorrárselo y no seguir leyendo- lo que quiero decir es que no acabo de entender por qué el dichoso búho tiene que aparecer en el nuevo logotipo de la UIMP.

Vamos por partes. En primer lugar el búho, ese ave rapaz nocturna, es un impostor y ha usurpado los atributos que le estaban asignados a la lechuza que es la que Minerva soportaba en su hombro y así poder vigilar el Partenón día y noche y hacía que ningún saber se escapara a su conocimiento. Se puede decir que a los filósofos les metieron búho por lechuza, y ahí sigue él con los ojos bien abiertos, las orejas empinadas como si se enterara de algo, leyendo libros... Enterarse no sabemos, pero fijar, se fija un rato. Como los filósofos, vamos.

Vamos con lo segundo: el nuevo equipo rectoral de la UIMP, cansado ya del logotipo anterior y de los que le habían precedido : primero un libro abierto con la inscripción "Humanitates et Scientie", posteriormente cuando Santander aún era una provincia de la vieja Castilla, se le añadieron las tres torrecillas castellanas más 4 estrellas de cuatro villas de la costa cantábrica. Más tarde al hacerse cargo el CSIC (esta Universidad veraniega ha tenido muchos novios) aparecieron Rosas de los vientos, Árboles de la Ciencia y nuevas leyendas... En años ya más próximos , hacia los 70, se suprimió definitivamente la Rosa , porque entonce soplaban otros 'vientos' y se recuperó la leyenda "Humanitates et Scientiae" y el lema universtario " Sapere Aude", '¡anda, átrevete a saber!'. Esta visto que este país es iconoclasta por principio y el recién llegado está empeñado en dejar , nunca mejor dicho su 'sello', ignorando que otros vendrán que también lo cambiarán.

Ahí tienen a los ingleses que conservan en su escudo dos lemas franceses, sin que se les caigan los anillos, figuran en su escudo desde hace cientos de años y a nadie se le ha ocurrido cambiarlos. Su " Dieu et Mon Droit" campa en el escudo británico, junto al lema de la 'Orden de la Jarretera' de la que la Reina es la máxima autoridad: " Honi soit qui mal y pense" (Ojito, con el que piense mal) . Frase cuya historia no deja ser un tanto chusca: parece ser que durante un baile de la Corte, allá por el siglo XIV , a la amante del rey Eduardo III se le cayó una liga (jarretière). El rey, muy galante la recogió y se la puso en su rodilla, la del rey. Luego, con una mirada fulminante dirigida a los nobles que celebraban la caída de la 'liga' les espetó en el francés de la Guerra de 100 años :"Honi soit qui mal y pense" (A ver quién es el majo que se ríe,- traducción libre- ) Y ahí siguen ambas divisas.

Lo que pasa es que a nosotros nos va eso del 'cambio'.

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