Detrás del telón

Se dirán , bueno seguro que no se dicen nada, que por qué me ha dado ahora por el mundo del teatro. La verdad es que no sabría decirles exactamente el porqué y en realidad tampoco interesan demasiado los ‘porqué’ , sino los ‘porque...’ Y tampoco soy tan grosero como mi hijo, que dice que le alivia y le produce un efecto placebo decir: “porque me sale de los cojones”. Será porque es de natural retraído.

Yo veo, pero esto a ojo de buen cubero, que desde siempre me ha fascinado esta doble cara entre personaje y persona. Parece ser, si hacemos caso a los filólogos, que “persona” era el nombre que los etruscos daban a las caretas que se ponían los actores para representar sus papeles. Muchas veces cuando actuamos como ‘personas’, consciente o inconscientemente, nos ponemos la careta que queremos mostrar a los demás. En la vida hay excelentes actores, a otros se les ve enseguida .

Se preguntarán, bueno seguro que no les importa nada, el porqué de este largo preámbulo. Se lo explico. De nuevo en el periódico regional D.M., he visto un reportaje que me ha llamado la atención y me ha gustado. Una joven periodista, de ésas que no se meten a hacer críticas teatrales ha querido mostrar la “ vida detrás del telón”, con motivo del paso por Santander este fin de semana de la compañía que dirige Fernández Montesinos con la reposición de “Filomena Maturano”. Hay un elenco bastante completo de jóvenes y maduros actores. Junto a los protagonistas Concha Velasco y Hector Colomé, la voz de ‘Heidi’, Selica Torcal, dos jóvenes de la tierra como María Felices y Alejandro Navamuel, y otros como Rafael Castejón, Pepa Rosado, Lucio Romero, Vicente Camacho, Isidro García y Valeria Ribas.

La periodista y vamos a ponerle también nombre y apellidos, que para eso nos paga el señor Seoane, se llama Mariña Álvarez, de los Álvarez de toda la vida. Ha madrugado antes de ver la obra , ha llegado al teatro y ha esperado que los actores fueran llegando. Algunos para “calentar la voz” , hacer ejercicios de relajación y estiramientos varios, otros para tomarse un cafetito, se han dado los besos y los abrazos de rigor dado que hacía 24 horas que algunos no se veían y han ido contestando a las distintas curiosidades de la ‘audaz reportera’, que es lo que suelen decir los periodistas originales, cuando hablan de cosas como éstas de meter las narices en los camerinos.

Una vez introducida en los camerinos ha charlado con unos y otros, ha visto a Vicente Camacho correr en calzoncillos por los pasillos en busca de su ropa, mientras Navamuel sigue con sus contorsiones y estiramientos para calentar cuerpo y voz. Asiste al ritual de Selica Torcal, cual Heidi rediviva gritando “¡Pedrooooo”, rodeada de cruces , imágenes de vírgenes y santos de todos los pelajes... Otras, más profanas, no sé si por jóvenes o porque las brujas han reemplazado a las imágenes de espantar los viejos fantasmas que rodean a toreros, artistas y gentes de la farándula. Las gentes del teatro son verdaderos funambulistas, de puntillas siempre por la fina alambre que les mantiene arriba, porque si miran hacia abajo pueden ver la sima del desempleo. Los amuletos , los ritos, las manías deben ser gajes de oficios tan inciertos, no me extraña que Hector Colomé, después de haber traspasado los tabiques del camerino calentando la voz, se toque la bragueta: «es mi única manía, no vaya a ser que salga desabrochado», confiesa casi disculpándose. Concha rememora su primera Filomena mientras comenta con su sastra si le tira o no la sisa. Bueno esto me lo invento yo, porque no estaba en el camerino.

Luego se apagan las luces, se van apagando los murmullos de la sala, corre el telón , y empieza el espectáculo. Y así de Orense a Oviedo, luego Santander, más tarde Albacete, Murcia...o quién sabe dónde. De ciudad en ciudad, de hotel en hotel, de teatro en teatro, sin apenas tener tiempo de charlar con la gente, de pasear por las calles.¿Cómicos en Viaje a ninguna parte? ¿Personajes en busca de autor? ¿Amanece que no es poco?
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