Lunes de Aguas, una leyenda salmantina

Cuenta la tal leyenda que allá en tiempos de Felipe II, Rey piadoso y riguroso donde los haya, el monarca decidió que en tiempos de cuaresma, había que abstenerse de todo tipo de "carne" para darle a los panes y los peces. Esto quiere decir que Salamanca que contaba entre sus 8.000 habitantes (Madrid tenía a la sazón 10.000 del mismo género, así que no minusvaloren las cifras) un gran número de estudiantes, algunos acompañados con sus respectivos criados, población que, como es de rigor, más que a los libros, se entregaban a otro tipo de quehaceres. No es de extrañar pues que la ciudad estudiantil gozara de una Casa de Mancebía, concedida por real licencia del Príncipe Felipe ( no éste , sino el hijo de Isabel y Fernando, reyes muy católicos) y uno de los tres más celéberrimos "Barrio Chino" de Europa. 'Helmantica docet... et 'altera'.
Como decíamos el susodicho rey decretó que durante el tiempo de cuaresma, las prostitutas de la ciudad, fueran trasladadas del centro urbano hasta la otra orilla del río Tormes y que fueran custodiadas por el "Padre Putas" que en mis tiempos de niño, ignorantes de estas historias corríamos tras él, en forma de cabezudo de las Ferias gritándole "Padre Lucas". Él, con una agilidad pasmosa nos arreaba unos buenos estacados con su vara. Algunos "legendarios" dice que el tal "Padre Lucas" era un clérigo, otros quizá, porque piensen que no era misión apropiada para un eclesiástico tan peculiar tarea, sostienen que no era tal sino cualquier otro mancebo , por no darle el apelativo que ustedes piensan.
El hecho es que si nos atenemos a esta historia, las rameras no regresaban a la ciudad hasta el lunes después del Domingo de Pascua. Tenía entonces lugar una singular ceremonia , los estudiantes y demás personal joven tras tanta abstinencia de carne se dirigían en barcas engalanadas al otro lado del río para recibir a las etairas con jolgorio , cantos, bailes , hornazos y celebrar de este modo tal feliz regreso, a las orillas del Tormes.
Hoy día, aunque se supone que los salmantinos se abstienen menos de los goces de las carnes tolendas, siguen festejando el Lunes de Aguas, saliendo al campo o a otros lugares para compartir entre cantos y festejos: hornazo , vino y otros yantares. Para respetar la tradición local se me ha ocurrido traer un hornazo a casa,y como es fácil de suponer , habiendo gente joven, no han esperado al lunes a que las "aguas" vuelvan a su cauce. Y en menos de horas cuatro ha desaparecido el tal hornazo.
Foto: Cabezudos: "El Padre Lucas"
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Addenda: He estado dando vueltas a la cabeza en busca de la frase que coreábamos cuando el Padre Lucas corría detrás de nosotros, vara en mano. Google como siempre me ha echado una mano y me ha llevado a un texto firmado por Norman Shaw que he hecho recordar la dichosa cantinela: "El Padre Lucas y La Lechera vendiendo leche a cuatro perras".
Él también recuerda con nostalgia aquellas correrías feriales:"Los cabezudos de entonces eran el terror y la diversión de unos y otros y así, día tras día, conseguíamos tener una armonía festiva entre todos los participantes de la Feria de septiembre..."
Comentarios
Sería de imposible digestión para mi pobre estómago, por más "omeoprazoles" que le diera. Habrá que conformarse con unos chopitos y una ensalada :)