Desde Salamanca

Estoy pasando unos días en Salamanca. Con el paso del tiempo, cada vez que vuelvo a esta ciudad donde pasé mi infancia es como si una parte de la película de mi vida se proyectara en mis pantallas interiores, como una versión nueva enriquecida. Recorrer de nuevo los jardines donde jugué a mil juegos, patear sus calles llenas de girones entrañables, dolorosos o joviales, ver que han desaparecido cosas, casas, personajes , pero que se ha remozado en otros muchos aspectos, produce un caudal de nuevas emociones. La ciudad, sus solemnes y tridentinas torres se hacen menos severas, imponen menos sus cúpulas, sus inmensas moles. La Plaza Mayor se hace más acogedora y humana, se torna joven en horas de la tarde cuando decenas de corrillos de jóvenes caseros y foráneos forman círculos en los que juegan a las cartas, charlan , comen, tocan la guitarra, mientras algún solitario se ensimisma en la lectura de un libro o gentes de varias latitudes saboreran un té, una cerveza o un helado en las terrazas.

Esta mañana me he dedicado a recoger en fotos las diversas estatuas que hay en plazas , jardines y rincones de esta eclesiática, docta, románica, gótica, renacentista y barroca ciudad y me he he encontrado con los personajes más variopintos. Desde el Fray Luis solemne que hace frente a la plateresca fachada de la Universidad, hasta el Gonzalo Torrente Ballester, sentado en el Novelty no se sabe si esperando eternamente su café , mirando miopemente tras sus gafas, o peroransdo inacabablemente. Colón señalando, no la calle Carbón como decíamos de pequeños por la calle hacia donde apuntaba su dedo, sino mucho más lejos, mostrando la mar océana a aquellos dominicos del convento de San Esteban, Churriguera trazando los planos de la Plaza, Carmen Martín Gaite "entre visillos", el músico Salinas tocando el órganos frente a la casa de las Conchas,Lázaro de Tormes y el astuto ciego junto al verraco de la Puente, o Rafael Farina poblando con su voz flamenca la ribera del Tormes. Una Salamanca docta, levítica, emprendedora, creadora, taurina,austera, castellana. Una Salamanca clerical, austera, festiva, rural, joven, monumental, múltiple, por la que van pasando en feliz ayuntamiento, profesores y estudiantes, clérigos y descreídos, jóvenes y ancianos , toreros y flamencos, nobles y campesinos . En la que todos van dejando su huella y haciéndola casi eterna en sus piedras doradas.

Y ya es hora de volver a esa plaza que está aquí cerca, y proseguir el sosegado recorrido por calles, jardines, plazas y rincones . Mañana será la vuelta a casa

Comentarios

Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
Una sentida y abarcadora evocación. Yo guardo buenos recuerdos de Salamanca, pues mis visitas han sido con motivos académicos gratos (no todos los on). Además, su belleza es innegable, así como su eficacia como "académica palanca" que dijo el de la especie única.
Douce ha dicho que…
Celebro que a tí también como Tomás Rodaja hayas sentido aquello que Cervantes escribe en "El Licenciado Vidriera": "Salamanca, que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado"

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