Comuniones de Primera

O CÓMO NO SABER POR DÓNDE TIRAR LA CASA

Se habrán dado cuenta que en este blog es como un cajón ‘desastre’ donde cabe todo, o casi todo, depende del humor de su autor que es bastante variopinto. Hoy le ha dado por hablar de las primeras comuniones o comuniones de primera , como quieran.

Ha llegado mayo y con el ‘mes de las flores’, como se decía antaño, van empezando a florecer las niñas y niños vestidos con los más fastuosos atuendos. Así es este país nuestro de nuestras desmesuras. Niñas “blancayradieantevalanovia” y niños “almirantesdemarina” se pasean por iglesias, sesiones fotográficas, restaurantes, hasta por parques temáticos, a 2.000 , 3.000 o más euros la hipoteca.

Ya no se sabe por dónde hay que tirar la casa, si por la ventana, o tirarla directamente con la ventana puesta, tal es la locura que entra a madres , padres, abuelas, abuelos por estas fechas. Este país, que según las encuestas se está alejando cada vez más del credo religioso en que fueron bautizados, que no pisa las iglesias durante años, pero que no falta al festejo folclórico de bautizos, primeras comuniones y bodas (bueno , éstas van encontrando otros cobijos, las otras irán encontrando los bautizos civiles y las comuniones civilizadas).

Todos los que tienen interés en que la compulsión consumidora se mantenga, ya se encargan de hacer la correspondiente propaganda. Curas, fotógrafos, restauradores, cortesingleses, procuran que la fiesta y la alegría no decaigan. Viva la parroquia, vivan los clientes, vivan estos paganos 2006.

Y recordar que antaño con un chocolate ibas que zumbabas, te ponían un traje que sirviera para el resto de los años, no había fotos, ni banquetes, a chocolate y bollo suizo limpio y manchas al canto. Mientras Juanito Valderrama cantaba aquello de:

Como una blanca azucena,
lo mismo que un jazmín
va mi niña hacia la iglesia,
a la iglesia de San Gil.
Ha cumplido siete años
y va a recibir a Dios;
mi niña toma rezando,
su primera comunión.
En el quisio de la puerta
estamos su madre y yo
con lágrimas en los ojos
y risa en el corazón.

El tema da para muchas reflexiones más, vistas de distintos ángulos, y a lo mejor me animo, a poner el angular en su sitio. Ya veremos, por ahora es suficiente.