En torno a la “Tournée de Dios”

No sé si sabrán , tampoco tienen por qué saberlo, que tengo charlas frecuentes con Dios, porque tengo unas cuantas cuentas pendientes con El. Creo que todos , quien más quien menos, aunque se confiese ateo, es precisamente porque de alguna manera esa Figura le molesta o le parece necesaria. Como me molesta a mí el Dios que me enseñaron y es con el que me las tengo tiesas. La imagen más cercana de Él que ahora tengo en mente es la de dos ‘poetas’, sí poetas, aunque uno de ellos sea más conocido en el mundo del teatro y la novela, y el tercero se dedicara más a la psicología. Esos tres nombres son Jaime Sabines, Enrique Jardiel y Eric Fromm. El primero dedicó un ‘poema’ a Dios en que otras cosas decía:

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente”.

El segundo, Jardiel Poncela, escribió una disparatada, tierna ,divertida pero seria novela a la vez: “La tournée de Dios” en que también exorciza sus propios demonios , burlándose con gracia de la imagen que los humanos nos hemos hecho de ese SER que a todos nos gustaría que existiera como cada cual lo imagina. La dedicatoria de su novela dice así: “ A Dios que me cae muy simpático”. Y la verdad es que nos muestra un Dios simpático por cercano, que toma el tren, que debe pedir prestado el traje al revisor porque los ‘fieles’ fanáticos le han dejado desnudo, un Dios que bosteza y se aburre escuchando el Te deum, como cualquier ciudadano . Un Dios que no suelta discursos ni bendice la mesa en el banquete en su honor, sino que simplemente suelta un “Hijos míos, buen provecho”, aún bajo los efectos soporíferos del ‘Lacrimae Christi’ y después de haber dado cuenta de los ‘tocinos de cielo’, ‘los huesos de santo’, y el ‘cabello de ángel’ que los pelotas de turno habían preparado en su honor.

Quizás todos necesitemos de ese Dios antropomorfo, a la medida de nuestra ‘realidad’ , que así es como la Humanidad ha hecho a sus dioses. Porque como dice el tercero de los citados, Eric Fromm, la necesidad de amar, la necesidad de amar a una figura que hemos convenido en llamar Dios o dioses “está en la ‘separatividad’ y la necesidad de superar la angustia de la separatividad por medio de la experiencia de la unión “. A medida que hemos sentido menos miedo hemos ido haciendo imágenes de Dios distintas, según nuestro desvalimiento: primero fueron figuras animales, al sentirnos aún ligados a la Naturaleza, más tarde fue adoptando figuras más humanas, femeninas en algunos casos, masculinas en otros, politeístas , moteístas . Pero siempre queda en nosotros la dificultad de asumir que estamos desvalidos.

Es lo que Jardiel confiesa en su poema, que tomo del libro de su nieto Enrique Galud, "Enrique Jardiel Poncela La ajetreada vida de un maestro del humor"

“Señor , Te llevo en la mente
sin cesar; seguramente
porque, como hombre, Te temo
y porque enfermo y doliente
aun llego al máximo extremo
de imaginarte clemente” ...

Eso temor innato, fruto de la inseguridad humana, es del que se han aprovechado todos los que en su nombre han creado las distintas religiones. Por eso, leo con placer, con gusto, esta divertida “Tournée de Dios”, cuyo aniversario celebramos en estos días de mayo. (Seguiremos comentando esta “Vuelta de Dios” por su Tierra)

Comentarios

Enrique Gallud Jardiel ha dicho que…
Decía Jardiel que éste era su mejor libro. Por él, Franco prohibió sus obras durante más de veinte años. Cuando murió, no le querían enterrar en sagrado. Eso es lo que se saca de creer en un dios bueno y cercano.
Stekka ha dicho que…
Los que no creían en Dios fueron los que se encarnizaron con Jardiel y con tantos. La tourneé de Dios muestra la hipocresía, la maldad, la intolerancia de los poderosos de aquellos tiempos y de la actualidad. Ojalá lo consiguiera hoy, lo presté hace varios años y la persona que lo tiene no me saluda más, sin embargo dice que cree en Dios.

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