Elvira Lindo y los 'intocables'

LINDEZAS

He leído el artículo que Elvira Lindo escribe hoy en 'última' de El País. No voy a decir nada de lo que pienso sobre su talento literario, sus éxitos editoriales y la promoción de sus libros. Me ceñiré a un asunto que sí me parece inquietante, porque revela un poco el clima que percibo en el mundo periodístico reflejado después en la opinión pública en general.

El artículo citado parte de unas declaraciones hechas por Sánchez Ferlosio y la opinión del señor Yáñez sobre el escritor y sus palabras a propósito del Estatuto Andaluz, que imagino, porque no las he podido encontrar, no debieron ser muy favorables. La señora del "santo" dice lo siguiente:

"Gozar de intocables como Ferlosio es una tranquilidad para todos aquellos que somos "tocables". Hay muchos tocables que hubiéramos escrito un artículo en el mismo sentido que el de Ferlosio (con menos erudición, por supuesto), pero los tocables, hartos de andar "tocando" teclas que pueden granjearnos más enemigos ideológicos nos la envainamos con frecuencia y damos una de cal y otra de arena para que no se nos expulse al limbo.

Me refiero a este aspecto. No se puede escribir en un periódico con el miedo a ser 'tocable', mirando de reojo para no " granjearnos enemigos ideológicos " o ver si nos la 'envainamos' o no, o dando 'una de cal y otra de arena', por miedo a ser tocados.

Ya está mal que haya quien se crea con derecho, y no señalo a nadie, a repartir certificados de 'intocables' y 'tocables', buenos y malos, derechos e izquierdos. Pero siendo ya de por sí perverso, aunque real, la existencia de personas , holdings de opinión, grupos políticos que se consideran con derecho a distribuir diplomas de 'democracia', me parece más triste aún que haya gente que se pliegue a estos mandatos. La señora Lindo hace una velada confesión de su miedo a sentirse 'tocada'. Y si los supuestos 'creadores de opinión' se palpan tanto antes de decir lo que piensan o se lo callan ¿qué se puede esperar de los que beben en esas fuentes?

Transcribo el final de las 'lindezas' y luego piensen lo que quieran:

"Comulguemos con ruedas de molino, qué importa. Dejemos que los políticos hagan malabarismos poniendo nombre a nuestros asuntos privados, porque si se nos ocurre señalar la más mínima pega hasta nuestros propios amigos nos advertirán al oído: "Ya sabemos todos que es una tontería, pero cállate, que le haces el juego a la derecha"
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Fuente.:"El País" /24/05/2006