Violencia en las aulas .../2

Ante los comentarios de amigos que han dado su opinión en mi anterior entrega sobre el tema -gracias Enrique, ‘anónimo’, Escritor y colega – me ha parecido oportuna esta apostilla.

Creo que el problema es bastante serio como para dejar que los medios lo presenten según sus intereses , haciendo tan sólo un análisis superficial y sensacionalista , como es acostumbrado en ellos. Por su parte, las autoridades educativas desean que no se hable demasiado del asunto porque a ellos tampoco les interesa demasiado que se ventile, y prefieren que no se aireé.

El problema no es "de la escuela", el problema ocurre "en la escuela" que recoge y reúne lo que tiene origen en varios sitios: en los propios medios y sus programas, en la calle, en los lugares de ocio, en una falsa tolerancia generalizada, en algunas familias, porque afortunadamente hay todavía padres que no han hecho dejación de sus funciones.

A los profesores se les exige demasiado, porque además de enseñar - lo haremos mejor o peor - deben hacer frente a situaciones que no son estrictamente función suya. Los profesores no somos policías, ni terapeutas de personalidades torcidas. Las escuelas no deben ser simples parkings de niños y adolescentes sin ningún interés por aprender. Las raíces del problema son múltiples, los soluciones muy pocas. Durante el verano la violencia se diluye en la calle, en los lugares de ocio, en distintos sitios. Llegado el curso escolar, toda esa tensión, esa violencia que podemos ver en cualquier observación que hagamos a un grupo de adolescentes y no sea de su gusto, se concentra en las aulas, en los pasillos , en el patio de colegios e institutos.

El problema no lleva trazas de solución, sino más bien de lo contrario y la llegada de jóvenes inmigrantes – no todos, por favor, no generalicemos- hará que el problema aumente. ¡Quisiera tanto equivocarme!
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Imagen: Collège Vevey

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Pues no te vas a equivocar.
Anónimo ha dicho que…
Es un problema que ocurre en la escuela, en los parques, en las calles.... pero que se ha generado en los hogares.
Esta sociedad amariconada que hemos creado un poco entre todos, ha enseñado a los niños, adolescentes y adultos cuales sons "sus derechos", olvidándose de enseñarles al mismo tiempo cuales son sus obligaciones.Y cuando nadie quiere reconocer el límite de sus derechos, tiene que haber un choque o la imposición de unos sobre otros por la fuerza.
Es todo muy simple: una terrible falta de educación generalizada desde la cuna, un egoismo tremendo ("el que venga detrás, que arree"), un complejo de no sé muy bien qué, que parece "alelar" a algunos padres ante las cafrerías de cualquier mocoso de cinco años que, cuando tenga doce, estará lo suficientemente envalentonado como para enfrentarse a cualquiera que le llame la atención.
La Administración debe hacer algo, qué duda cabe. Pero todos y cada uno de nosotros también. Y no precisamente mirar hacia otro lado.
Siempre es conveniente escuchar, al menos, dos versiones de un mismo asunto. Hace años, lo que decía el maestro era incuestionable. Hoy,muchos padres no están dispuestos a contrastar con el profesor la versión que cuentan sus hijos, porque eso implica responsabilizarse, ocuparse y preocuparse colaborando con la escuela. Así, sus nenes se van envalentonando año tras año y luego no hay quien les pare los pies.

¿Y qué me dicen de "los medios"?. Creo que deberíamos exigir un poco más de ética en esos medios de comunicación, especialmente televisivos, que enseñan a los niños a cortar la palabra del que estaba hablando, a levantar la voz hasta desgañitarse para hacerse oir, a insultar y descalificar al interlocutor, etc, etc, etc. Y todo ésto, que psicólogos y otros ólogos coinciden en que genera y aumenta los niveles de violencia de quien lo ve, adultos incluídos, en horario infantil. Aprendamos a apagar la tele, por favor, que es muy sano para la vista y las neuronas.

No sé, el problema es muy complejo, pero poco a poco hay que tratar de arreglarlo, cada uno en la medida de sus posibilidades.

Y es cierto que la llegada de inmigrantes puede agravar la situación, del mismo modo que está haciendo aflorar sentimientos racistas que no eran tan evidentes hace unos años.
Esperemos que seamos capaces de reaccionar a tiempo, antes de que todo se nos vaya de las manos.
Douce ha dicho que…
Me parece un comentario muy sensato y muy completo. Creo que poco me queda a mí por añadir. Si acaso, ser un poco más pesimista que tú por lo que se refiere a las reacciones.

Lo mismo que se hacen campañas para que nos demos cuenta de que los 'puntos' son importantes a la hora de conducir, o contra la violencia doméstica. El dinero público debía emplearse en hacer campañas por una convivencia respetuosa, por una educación en la que las familias aprendamos a decir NO a los 'caprichos' de los hijos.Menos móviles, menos deportivas de marca, menos modelitos y algo más de educación.

Estaría mucho mejor empleado ese dinero que en organizar Conferencias para mayor gloria y autobombo de los partidos, a los que se invita a 'personajes' foráneos, se hacen 'sentadas' muy informales y se sacan a relucir las camisas de cuadros y los vaqueros de marca, para que se note que somos sobre todo, muy 'demócratas'.

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