Mi buena imagen (DOUCE)

Últimamente, dernièrement, que dice el cursi de mi papá, se ha dado de mí en este blog - que para mi gusto está degenerando un poco- una imagen distorsionada , deformada de mi persona. Así que creo que me asiste todo el derecho de reivindicar mi ‘imagen’, esa palabra que tanto le encanta a mi papá , y dar a ‘mis lectores’, que los tengo y a quien me debo , como dicen las folclóricas, lo que ellos esperan de mí.

Para empezar, ‘yo no soy ésa que él se imagina’. Yo también me sé las canciones las canciones de Mari Trini. No soy la perrita protestona, respondona y otras ‘donas’. Soy una perrita cariñosa, sensata, comprensiva, tolerante, inteligente, y aquí me detengo porque también soy modesta, y no me gusta ir por la vida de ‘modelo’ y de ‘doña Perfecta. Tengo los defectos justos para que un animal como yo , se pueda sentir animal, dando a este vocablo su primitivo significado , de ‘animado’ , no el que los llamados `humanos’ le han otorgado.

Hoy , por ejemplo, he hecho cantidad de cosas bien que este señor náufrago o lo que sea, no va contando por ahí como cuenta otras cosas mías para quedar él bien y yo en un lugar secundario. Por ejemplo, hablando de mis bondades, yo podría haber entrado en la farmacia cuando él se fue a comprar su Adiro o lo que se comprara. Allí mismo en la botica estaba ese perro cursi de la ‘Alemana’, al que no trago porque va de bueno y guapo por la vida. A mí esos ‘tipos’, me aburren caninamente, los encuentro engreídos , vacíos, sin ningún interés, prefiero mil veces a Naguy que va de normal por la vida , que no se da importancia y que levanta su pata para mear con naturalidad y no como el otro, que hoy se hacía el obediente para que le dejaran estar dentro de la farmacia con su ama, que debe ser como su compatriota el señor Conrado Lorenz: “ Heil, Hitler! ‘rausss...!”Yo me quedé en la puerta, más que por parecer obediente, porque no quería verle la cara a ese canino.

Hoy no me ha llevado a la playa, porque él se ha ido a hacer sus compras y no he querido molestarle, para que fuera a su aire y que mirara lo que quisiera. Cuando me ha sacado de paseo y no ha querido que yo me tropezara con otros perros que no tenían cara de buenos amigos, no he protestado y he dado el rodeo sin rechistar. Le he dejado dormir la siesta todo el tiempo que ha querido, si me he sentado en la cama mientras él trabajaba, me he puesto en el sitio que me ha indicado. Ahora mismo le dejo trabajar , y yo tranquilamente a lo mío. No puede decir que le incordie, que le atosigue, porque le dejo hacer lo que le salga de ... sus interiores.

Ésta es la auténtica realidad, lo demás son habladurías y ganas de desprestigiarme para quedar él en primer plano, cuando si yo aspirara a ser ‘vedette’, le dejaría a él en la más densa sombra. Pero no quiero.

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