Las declaraciones de Benedicto XVI: verdades y olvidos

Estos días, he tratadode alejarme un poco del mundo de las ‘noticias’, porque consiguen quitarme el sosiego que tan bien sienta a todo el mundo. Y a veces, casi siempre, las noticias de periódicos, radios, televisiones y revistas crean la impresión de un mundo lleno de enfrentamientos, de descalificaciones mutuas, de manifestaciones de protesta ,ora de un lado, ora del otro. (Estos ‘oras’ pedantes , no tienen nada que ver con el mundo de las plegarias).

Lo de orar, plegarias, cargados de connotaciones religiosas, me sirve de pretexto para expresar mi opinión sobre la noticia que ha sublevado a casi medio mundo. Me refiero al mundo musulmán, y de paso, también a la controversia surgida en el seno de creyentes y no creyentes que aconsejan al Papa que revise la historia del Cristianismo que también provocó sus “yijad”, llamadas ‘cruzadas’ contra el ‘infiel’ y quemó hombres y libros que no seguían su doctrina. Toda religión, por pacífico que sea su mensaje en origen, si lo fuere, ha servido, y sigue siendo, pretexto a que pastores y rebaño, se acojan a dogmas, verdades absolutas, infalibilidades, que otorgan ‘seguridad’ al hombre que es por naturaleza inseguro, perplejo y dubitativo dispuesto a entregar su voluntad a los que le eviten asumir su realidad.

No es extraño pues que los hombres necesiten líderes religiosos, políticos, intelectuales, filosóficos, que les ahorren el duro trabajo de pensar, de pensarse, de enfrentarse a cometer sus propios errores, para no descubrir más que la verdad de su eterna duda. Yo no critico las palabras de Benedicto ¿cuántos?, ah sí XVI, creo: “Dios no puede usarse para justificar el fanatismo, la "yijad" está contra Dios y que defender la fe con la violencia es "irracional".” Lo malo es que al decir eso, han saltado las voces, justamente, que le invitan a pensar en el ‘integrismo’ y en las’yijad’ cristianas.

Lo que ocurre en el mundo actual, según mi modesta opinión, es que están conviviendo al menos dos mundos, si no son tres , cohabitando en el mismo siglo, pero viviendo etapas históricas diferentes. Mientras unos viven en el Siglo XXI, con sus logros y también con sus contradicciones e injusticias, hay otros que están atravesando su “Edad Media” intelectual , aunque vivan en Palacios de Mil y una Noches, tengan lujosas mansiones y barcos de oro en Marbella. Eso los ricos, poquísimos, mientras hay multitudes violentas azuzadas por el fanatismo, el hambre y la miseria. Que esos dos mundos coincidan, tengan credos y situaciones culturales, económicas e ideológicas distintas está haciendo sumamente difícil una convivencia medianamente normal y pacífica.

Hablamos de dos mundos, que conviven, viviendo en etapas históricas e intelectuales distintas, pero no debemos olvidar la otra ‘revolución’. Hay otros, muchos, demasiados, que en un mundo donde unos pocos viven en el consumo, el hedonismo y la indeferencia hacia los más pobres, ellos viven en la más profunda miseria casi cerca de su prehistoria de hambre extrema, de miseria profunda.

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