Playa de la Arnía (Cantabria)
LA NATURALEZA Y EL HOMBRE
Primeras horas matutinas de mayo.
Sobre la playa, dos cañas erguidas en la arena,
dos antenas que retransmiten las canciones de los peces.
Un pescador, la paciencia. Los animales y el hombre.
Dos enormes farallones ,
gigantescos vigías protectores de la playa.
Más abajo los restos de la actividad del hombre.
Casetas arruinadas, puertas oxidadas,
viejas grúas de brazos rotos.
Comentarios
Pero casi nunca le concede el tiempo necesario para camuflar y superar sus tremendas equivocaciones.
Es cierto que en esta carrera de destruir y reconstruir, el hombre ha emprendido una carrera desenfrenada.
La Naturaleza necesita SU tiempo para SER de nuevo, y el Hombre acelera cada vez sus despropósitos.