Dios acude al psiquiatra

Resulta que ayer Dios, agobiado por cómo le van las cosas en el mundo, decidió por fin acudir a un psiquiatra. Era tanta la urgencia que sentía para descargarse de un inmenso sentimiento de Culpa – Infinito como Él – que escogió el primero que encontró en una revista especializada.

- Buenos días, o tardes, porque para mí el tiempo no tiene días, tardes o noches

- Y quién es usted que tan intemporalmente vive, preguntó el doctor, arrellanado en su sillón, mientras observaba curioso a tan peculiar ‘paciente’.

- Llámeme Dios, Yahvé, Alá, El Verdadero ...cientos de nombres me han puesto los hombres.

- El psiquiatra se quedó perplejo y no sabía si levantarse, cederle el sillón, arrodillarse...

- No, no se moleste, en estos momentos no soy más que su paciente. El psiquiatra recobró su aplomo profesional y prosiguió la conversación...

- ¡Perdone, pero ha sido tan grande la sorpresa...! Por supuesto que le conozco, es muy mentado en esta casa, bajo cualquiera de sus nombres.

- Lo sé, pero olvídese por un momento de quien soy, de lo que haya oído de mí o de sus propias impresiones y trate de cumplir con su oficio.

- De acuerdo, pero antes me gustaría saber qué problemas le traen por aquí...

- ¡Ufff! En realidad no sé si decirle que es UN solo Problema, con mayúscula o infinitos problemas que hacen UNO inmenso.

- En principio me gustaría hacerle un test de personalidad, le encuentro a usted excesivamente ansioso, preocupado. Comprendo que es mucha la responsabilidad sobre sus... ¿puedo llamarles hombros?

- Llámelo como quiera, en realidad éste que ve es un cuerpo cualquiera que he tomado prestado para pasar lo más desapercibido posible.

- ¿Siente miedo al ser reconocido? ¿Se siente a disgusto entre la gente? ¿Piensa que le critican?

- Es un poco todo eso, tengo miedo a que la gente se me rebele y que deje de creer en mí, siento como un gran Fracaso. No sé bien en qué fallado.

- Pensaba hacerle el test, pero supongo que usted es bastante consciente de lo que le pasa y es precisamente esa conciencia y su impotencia para encontrar un remedio lo que más le atormenta, vamos a seguir charlando.

- Sí, doctor creo que eso es lo que me pasa y no tenía a quién comunicárselo. Tengo miedo a comentárselo a quienes son mis afines por miedo a causarles un daño irreparable. Ellos creen en mí, confían en mí y temo que toda su seguridad, que reposa en su confianza en mi infalibilidad, se venga abajo.

- Le entiendo. Quizá piensa que la Perfección por antonomasia tiene la sensación de haber fracasado, que toda su Obra que se supone que tendría que ser Perfecta, hace aguas por muchos sitios.

- Así pienso que sucede. A veces trato de consolarme con todas las cosas hermosas que he creado, que son muchas, basta echar la vista a este maravilloso universo que está hecho de cosas hermosísimas, tanto en lo grande como en lo pequeño, en seres humanos maravillosos, capaces de pintar, de escribir, de amar, de ser generosos, de componer músicas maravillosas...
Por unos momentos los ojos de Dios se iluminaron, y un sentimiento de satisfacción le invadió por dentro. El psiquiatra le miraba y notaba que se desdibujaba por unos momentos de su rostro la preocupación y la angustia y trató de animarle a que verbalizara lo que sentía...
- Veo que esa contemplación de las maravillas que componen su Universo: su Obra, le reconforta, pero al mismo tiempo hay algo que le preocupa y no acierta a expresar qué es y por qué sucede.

- Veo doctor, que no me he equivocado de confidente, esa compresión me anima a desahogarme ante usted. Si me lo permite, aunque sienta un poco de vergüenza confesarlo porque soy extremadamente pudoroso, es como si sintiera ganas de ‘desnudarme’ ante usted. Espero no escandalizarle.

- No se preocupe... ¿cómo debo llamarle...?

- Háblame de Tú, creo que me sentiré más cercano. En este momento no soy Dios, soy un simple paciente que necesita desahogarse, vaciarse de un sentimiento de Culpa que me pesa como una losa hasta tal punto de sentir como si fuera tan sólo un FRACASADO, y que nada de lo que he hecho valga la pena al lado de esta CULPA que me oscurece y me angustia.

- Creo que empiezo a comprender algo de Tu problema y por hoy es suficiente. Esta terapia no es algo normal, tiene mucho de extraordinario y necesitaríamos más sesiones. Tengo otro paciente que está esperando , así que preferiría que nos siguiéramos viendo. ¿Tienes Seguro?

- Tengo uno pero no sé si cubrirá este Caso.

- Ya veremos. Haremos lo posible para que lo cubra tratando de Quien se trata. Si no, ya te diría la forma de poder llegar a un acuerdo. Nos vemos... ¿Dios? ¿Yahvé...?

- Como te apetezca. Hasta la próxima si Di... , si Yo quiero.

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