Playa de la Arnía (Cantabria)

LA NATURALEZA Y EL HOMBRE

Primeras horas matutinas de mayo.
Sobre la playa, dos cañas erguidas en la arena,
dos antenas que retransmiten las canciones de los peces.
Un pescador, la paciencia. Los animales y el hombre.

Dos enormes farallones ,
gigantescos vigías protectores de la playa.
Más abajo los restos de la actividad del hombre.
Casetas arruinadas, puertas oxidadas,
viejas grúas de brazos rotos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Si el hombre la dejara, la Naturaleza siempre podría redimirle. No hay más que ver cómo consigue abrirse paso, en forma de plantas, entre los oxidados hierros abandonados.
Pero casi nunca le concede el tiempo necesario para camuflar y superar sus tremendas equivocaciones.
Douce ha dicho que…
Me parece muy acertado el comentario.

Es cierto que en esta carrera de destruir y reconstruir, el hombre ha emprendido una carrera desenfrenada.

La Naturaleza necesita SU tiempo para SER de nuevo, y el Hombre acelera cada vez sus despropósitos.

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