La 'capra hispánica ' y el cabreo hispano

Esta mañana al ir a comprar el periódico me he encontrado con un amigo y después de las preguntas de rigor, hablar de este tiempo que no termina de 'primaverear' y asuntos semejantes, comentamos algunas de las anécdotas que adornan el debate electoral y acabamos concluyendo que éste es un país que sigue ‘cabreado’. El viejo dicho de que ‘el español es un señor moreno, bajito, con cara de mala leche porque ha fornicado poco’, salvo algunas modificaciones, sigue siendo sustancialmente igual. Es cierto que los yogures, las hamburguesas y los espaguetis o lo que sea, han hecho que nuestros vástagos hayan dejado cortito el 1’70 y la alianza de civilizaciones haya producido algún rubio más o si no, se tiñen el pelo. Lo del fornicio también ha mejorado pero no debe ser suficiente para que la mala leche hispánica haya desaparecido.

Me contaba que ayer cuando iba a buscar el pan dejó a su perro, una candidez de perro, a la puerta porque en el establecimiento panaderil hay cartel que pone en grandes letras: “Prohibida la entrada de perros”. Era cuestión de dos minutos. Pero al salir, un señor furibundo le amenazó con muy malos modos para que atara al perro porque su hija sentía miedo, aunque el pobre can ni se había acercado a ella. Mi amigo le explicó la situación, pero el otro seguía en sus trece elevando el tono de su voz y encendiendo la ira de sus ojos... Mi amigo le dijo que podía decírselo con otros modos. Esa observación hizo que la cólera hispana aumentara .

- "Te crees muy listo ¿no? ¡Ata al perro o te doy dos hostias!"

En este país del talante pasamos fácilmente del ‘razonamiento’ a las hostias consagradas. Mi amigo que no es amigo de polémicas con gente así de razonable, ató a su perro, conteniendo su rabia y ante la impotencia de razonar con semejante dialogante siguió su camino, pensando para sí que la culpa de todo esto la tiene el PP por ser tan derechas, que es lo que dicen los periódicos.

Sonreí cuando me contaba la anécdota y para consolarle un poco le conté una experiencia, mucho más suave ,pero que también ilustra un poco el nivel intelectual, comunicativo y de respeto que adorna a mucha gente de nuestro querido pueblo. Le comenté, aunque ya lo sabe, que esto de Internet, el anonimato y demás impunidades, deja constante muestras de nuestra esencia respetuosa y dialogante. La nota no deja de ser una anécdota insignificante y hay cientos de miles de pruebas del nivel educativo que hemos alcanzado.

Le expliqué, aunque ya lo sabe, que tengo una bitácora que me sirve un poco de desahogo y otras cosas, así como una especie de fotoblog donde dejo las fotos que voy tomando de cosas que atraen mi atención mientras paseo. Es una especie de manía, a veces uno elementos que aparentemente no tienen nada que ver, por razones secretas que a mí mismo se me escapan, uno, ‘coso’. Es cierto que mucha gente se puede preguntar qué tiene que ver un neumático colocado en un parque de recreo para que los niños se sienten, jueguen o hagan lo que crean conveniente y un barrendero que pacientemente y en solitario recoge bolsas de plástico, papeles que los niños o los mayores van dejando por el suelo. Hasta ahí cada cual puede preguntarse el porqué de tal asociación, cuando el propio autor no encuentra una ‘razón’ concreta.

Hoy, al abrir esa página me encuentro este ocurrente comentario :


- “Stais cmo un puta cabra madremia sois d alguna secta o algo?

La ortografía, la redacción y lo elegante de la frase ya refleja muchas cosas sobre el autor de la pregunta-sentencia. Cualquiera podría dejar en blanco el comentario como la mejor respuesta. De todos modos le dije que me apetecía dejarle una réplica, aunque desde luego no volverá a haber una segunda porque haría crecer la ‘importancia’ del interrogante. Quiso saber lo que le había escrito y se lo dije:

Amable anónimo,
¿Tiene usted algo contra las pobres cabras?
Las pocas cabras con las que he tratado me parecen más razonables y menos 'cabreadas' que algunos humanos.
De todos modos le agradezco que se haya pasado por esta 'secta', de todas formas no era obligatorio dejar su foto.

Sonrió y nos despedimos hasta un próximo encuentro.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
jajajajaja! Muy bueno Julio, como siempre la respuesta "total".

Bicos
Anónimo ha dicho que…
Me gustaría saber una cosa:
¿la niña asustadiza no llevaba bozal para su papá?
Es que la actitud del susodicho padre asusta bastante más que el perrito en cuestión.
Y en cuanto al anónimo, puede que incluso guarde algún parentesco con el señor de las dos ostias,lo digo por el buen talante de ambos.
Anónimo ha dicho que…
Queridas Pilar y Mariluli, gracias por vuestros comentarios reconfortantes.

A veces uno ya no sabe si es un puro ingenuo y duda que puedan existir especímenes como éstos, pero a nada que uno asoma las narices se topa con más frecuencia de la deseada con tipos así.

Mariluli, mi 'amigo' me dijo que se había quedado con las ganas de decirle al señor de las hostias que el que necesitaba estar atado era él pero fue prudente, porque visto la inyección de odio que veía en sus ojos, prefirió no excitar más a la fiera.

Del segundo me da más pena, no sé por qué.

Besos

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