El 'porqué' de los '¿por qué?'


Ayer apareció en el fotolog “Chez Douce” esta foto que intrigó a una asidua visitante:

- “No entiendo la foto, explícamela”.

No sé si siempre se puede explicar todo, sobre todo si proviene de sensaciones, de emociones cuya causa se le escapan al propio que las siente. Las emociones, a veces, son ‘movimientos’ interiores que siguen sus propias reglas sin que el ‘paciente’ conozca su profunda y secreta ‘lógica’ ¿o debemos llamarla ‘cardíaca’?

Me dice el autor que ese ‘cosido fotográfico’, que no llega a la categoría de ‘montaje’, es una elección ante una serie de ‘vistas’ que tomó cuando el otro día decidió visitar el “Parque (electoral) de la Vaguada de las Llamas”, que las autoridades municipales se han precipitado en inaugurar en esta carrera vertiginosa de ‘obras’ que provoca la prisa electoral.

El fotógrafo la visitó en una mañana en que todavía seguían trabajando jardineros, excavadoras, ‘inspectores’ de obras, pintores carpinteros, policía de proximidad, señalizadores, barrenderos... También visitaban el parque jubilados, abuelas con sus nietos, jóvenes que se divertían en la sección de recreo, jóvenes parejas y visitantes varios. El fotógrafo ‘disparó’ sus flashes a todo aquello que de alguna manera reclamaba su mirada: panorámicas del parque, juego de líneas, personajes, objetos, todo aquello que su instinto le señalaba como fotografiable.

Al llegar a casa, al ver lo que su cámara había recogido, porque la luz a veces le había impedido ver en la pequeña pantalla lo que estaba fotografiando, una selección interior , sin saber exactamente por qué, le llevó a coser dos imágenes de aquellas que tenía delante de los ojos: un ‘neumático-juego’ para diversión de los niños y un ‘viejo recogedor’ que lejos de la curiosidad de los visitantes, de los paseos de los policías, de los ‘inspectores’ de obras, cumplía sencilla y pacientemente su labor: recoger bolsas de plástico, papeles, hojas o colillas que pudieran haber dejado el descuido ciudadano. Dos ‘juegos’ bien diferentes para el que el autor no encuentra razones suficientes de explicar por qué aparecen juntos. Quizá, porque era una imagen distinta de lo que ven o se ve como simples curiosos.

No siempre es posible, ni ‘razonable’, ni siquiera recomendable, explicar el ‘porqué’ de los ‘¿por qué?’. Los impulsos, las emociones, se sienten, no es aconsejable ‘racionalizar’ todo, si no queremos privarle de su ‘espontaneidad’, que es su principal razón se ser.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Ahora lo entiendo un poco mejor, además el barrendeo es cómo el del libro Momo. Oye y pase del anónimo ése. Un besote

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